vitoria - Atiende a este diario tras participar en un encuentro esta semana con empresarios vascos en la Cámara de Comercio de Bilbao. No es habitual que un ministro de Industria visite Euskadi con los “brazos abiertos” para establecer lazos comerciales. En su caso, Leite acude con una brillante carta de presentación: un crecimiento medio del PIB del 5% anual.
Ha estado en Alemania, ahora en Euskadi, ¿está centrándose en países muy industriales en esta gira?
-Paraguay ha decidido convertirse en la fábrica de nuestra región. Tenemos allá modelos que nos gustan, el modelo japonés, el modelo alemán o el modelo español a través de empresas que se han instalado. El País Vasco es evidentemente industrial. Tienen fábricas, medianas y pequeñas empresas que, por lógica, tienen que internacionalizarse, porque hoy es imposible producir en un solo lugar para todo el mundo. Y nosotros venimos a contarles a los empresarios vascos que estamos desarrollando un país ultracompetitivo que comprende que tiene que ser amigable al capital extranjero. Tiene que haber condiciones para invertir, las hemos desarrollado, construido y las estamos cuidando. Y me animo a decir que venimos a ofrecer la plataforma más competitiva para ingresar en una región grande de casi 300 millones de habitantes.
Una plataforma para exportar.
-No es descabellado pensar en producir en Paraguay y vender a otros países de la región. Además está el acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea, que es cuestión de tiempo. Cuando eso ocurra será mucho más dinámico todo y el que esté instalado allí ganará años.
Y se han fijado en Euskadi.
-La lógica pasa por analizar con qué países tiene afinidad Paraguay. La primera inmigración en Paraguay es española y hay muchos vascos. Ya no hay listines de teléfonos pero el 70% de los apellidos de Paraguay es español y muchos de ellos vascos. Hemos tenido presidentes de origen vasco -Gill, Egusquiza, Ayala y Estigarribia- en ese orden, entre otros. En total ocho presidentes de origen vasco en cien años. Hay algo a lo que aferrarnos en este vínculo cultural. Con Alemania ocurre también. La cuarta inmigración de Paraguay es alemana, hay muchas familias alemanas. Vamos a los países con los que tenemos alguna relación, generalmente muy buena, y vamos a los países que han desarrollado poderío industrial. Y Alemania y el País Vasco han desarrollado poderío industrial. Paraguay tiene potencial, pero todavía le falta agregar el know how. El know how está acá y el futuro está allá.
¿Van a otros sitios después?
-En España vamos a estar en Barcelona y Madrid, que además del País Vasco son los lugares evidentes a los que ir por la fortaleza de las economías de esas comunidades. Y porque también son ciudades que son sedes de empresas muy importantes.
¿Y en el resto de Europa?
-A Europa hemos venido mucho. Hemos estado consistentemente. El presidente Horacio Cartes hará una visita oficial a Portugal en mayo, y también estará el ministro de Industria allí. Llevo ya casi tres años y medio como ministro de Industria y Comercio y ésta es mi décima visita a Europa. He estado en Italia, he estado en Gran Bretaña... En España hemos estado por lo menos seis veces. Seguimos trabajando en que Paraguay se vuelva más notorio. Si hay un déficit que tenemos es que nos conocen muy poco y no es responsabilidad de Europa conocernos. Es responsabilidad nuestra hacernos conocer, así que seguiremos viniendo.
Tienen las fronteras abiertas para la implantación de fábricas.
-Hemos decidido que Paraguay tiene que ser un ciudadano del mundo y para ser ciudadano del mundo hay que jugar con las reglas del mundo. Y las reglas del mundo son las de una economía totalmente abierta. Paraguay es de lejos la economía más abierta de nuestra región. Es de lejos el país más competitivo de la región y tiene de lejos la juventud más competitiva de la región. Tenemos ventajas que no se conocen, que deben ser conocidas y mi trabajo es insistir en darnos a conocer.
Están aprovechando sus recursos para ser más competitivos.
-Quien es competitivo tiene chance de sobrevivir. Quien no es competitivo tendrá que buscar alguna fuente para subsidiar su desarrollo. Y a nosotros no nos gustan los subsidios. Creemos más en la fortaleza de desarrollarnos nosotros mismos con nuestras propias fortalezas. En eso estamos. Nos falta mucho, hemos logrado en los últimos años estabilidad política y económica. Las bases son muy sólidas y ahora nos toca seguir abriéndonos y contar la historia de Paraguay. Los resultados que hemos tenido son muy buenos, pero pueden ser mejores. Somos unos eternos inconformes.
Tienen uno de los activos más importantes: el 70% de su población tiene menos de 35 años.
-Sí, es una delicia y es un gran desafío a la vez. Porque nosotros estamos incorporando cada año más de 100.000 jóvenes al mercado de trabajo y tenemos la obligación de que estén dadas las condiciones para que las empresas pueden responder a esa necesidad de trabajo que tienen los jóvenes. Un joven que no tiene trabajo se frustra y en Paraguay tratamos de que los jóvenes que quieren trabajar tengan una oportunidad.
¿Dónde están las oportunidades para la empresa vasca en Paraguay?
-Alimentos para el mundo, fábrica de la región (manufacturas diversas: autopartes, metalúrgica, electrónica, plásticos...) y luego, lo que nosotros llamamos el centro del centro, la logística. Hay astilleros muy importantes acá, tenemos una necesidad anual de casi cien barcazas. Se necesita tecnología, se necesita capital...
En automoción Donald Trump lanza un mensaje proteccionista...
-Pero el Gigante del Norte lanza un mensaje que entiendo que tiene una significación política. Lo que el Gigante del Norte no dice es que ellos le venden a México casi 100.000 millones de dólares al año de autopartes y que si se empiezan a restringir los autos también se restringirán las exportaciones de Estados Unidos. Creo que es un mensaje político que no fue bien pensado en términos tácticos. De todos modos, nadie es autosuficiente en el mundo. El nombre del juego sigue siendo quién es más competitivo y en ese sentido Paraguay es campeón. Hay un país que está esperando con los brazos abiertos a los empresarios vascos para hacer cosas juntos.
¿Han conseguido con Mercosur hacer una Unión Europea con menos tensiones políticas?
-La respuesta era no hasta hace un año. Hace un año cambiaron dos gobiernos fundamentales en la región, Brasil y Argentina. Y nos hemos dado cuenta de que el curso es volver a los orígenes. El tratado de Mercosur es de libre comercio y de unión aduanera. Nosotros siempre estuvimos, Uruguay siempre estuvo y hoy, gracias a Dios y al liderazgo del presidente Macri y del presidente Temer, volvemos a los orígenes. Mercosur está mucho más unido, más alineado, en sintonía. Ha dejado de ser un club filosófico, ideológico, para convertirse de vuelta en lo que debe ser: un bloque económico vibrante. Y lo veo muy bien, las conversaciones con Europa siguen avanzando, habrá una nueva ronda en breve en Buenos Aires, así que estamos muy optimistas.