bilbao - Han pasado tres semanas desde que se cerró el acuerdo interprofesional para blindar la negociación colectiva vasca, que fue capaz de congregar en un mismo texto las firmas de la patronal y de los cuatros sindicatos. Al margen de la reapertura de ciertas mesas sectoriales en Gipuzkoa, han sido unas semanas de cierto impasse en las relaciones laborales vascas en las que se ha constatado que todas las partes se mantienen firmes en sus posiciones. El movimiento más destacado lo han protagonizado CCOO y UGT, que han decidido enviar por escrito a ELA y LAB una propuesta para desbloquear los convenios en la que se recoge “un mínimo común compartido” que permita negociar con Confebask desde un único frente sindical.
Las diferencias de modelo y de estrategias entre los dos grandes bloques sindicales vascos son tan grandes que a día de hoy parece difícil pensar que el ofrecimiento pueda llegar a buen puerto, pero lo cierto es que hace unos meses el propio acuerdo interprofesional era una quimera. Ayer los sindicatos aber-tzales no quisieron pronunciarse sobre el movimiento de las otras dos centrales de la CAV, al que auguran escaso recorrido real. El hecho es que ambas tendrán que dar una respuesta, al menos de cortesía, al planteamiento escrito que les enviarán CCOO y UGT.
En dicha propuesta se habla de dos cuestiones básicas: salarios y reducción de la precariedad en la contratación. Son dos ejes en los que las cuatro centrales sindicales vascas podrían encontrar espacios comunes sin demasiada dificultad, pero el problema es que la negociación colectiva abarca otras cuestiones que sí generan un alto grado de fricción, quizá la más espinosa la que tiene que ver con la concurrencia del ámbito estatal y el vasco. El acuerdo interprofesional de estructura, que despeja la cuestión en favor de la CAV, podría ayudar a evitar roces.
CCOO de Euskadi dedica el último editorial de su revista Biltzar a las posibilidades que se abren a la negociación colectiva, en el que advierte de que el reciente acuerdo interprofesional puede ser “un sarcófago” para “guardar momias”. “Quizás algunos es lo que quieren hacer con los convenios sectoriales vascos. Dejarles morir, que tengan una apariencia de que se conservan, pero que cada vez sean menos referencia para lograr derechos laborales para la mayoría”, advierte el sindicato. Y en ese mismo artículo se anticipa la negativa de ELA y LAB a constituir un frente sindical común, algo que ni se afirma ni se desmiente desde la central mayoritaria vasca, que confirmaba ayer por la tarde que no ha recibido aun ninguna propuesta formal.
“Desgraciadamente hay que decir que las organizaciones sindicales nacionalistas van a volver a priorizar dinámicas políticas. LAB le va a hacer de muletilla de ELA en negociación colectiva a cambio de que ELA sople las velas para hinchar conjuntamente un hipotético proceso político, que les llevaría a no se sabe muy bien dónde ni a favor de quién”, se indica en Biltzar.
En un tono más conciliador, CCOO y UGT indicaban ayer que son “conscientes de los diferentes modelos de negociación colectiva que existen en Euskadi, pero es evidente que la negociación empresa a empresa no sirve para dar respuesta a la mayoría trabajadora vasca”. Y continúan: “La negociación de empresa es perfectamente posible y deseable una vez actualizados los convenios sectoriales. Ambos ámbitos de negociación son compatibles”.
El texto enviado ayer a la prensa no incluye los detalles sobre el planteamiento negociador que CCOO y UGT quieren llevar a las mesas aunque se distinguen tres grandes demandas: actualizar los salarios con el IPC, incluyendo los años en que el convenio ha estado bloqueado, asegurar un suelo salarial de entrada a la empresa que reduzca las desigualdades entre la plantilla y, en materia de contratación, impulsar medidas que frenen la precariedad con topes máximos a la temporalidad y la jornada parcial.
movilizaciones Con un frente sindical común en Euskadi, señalan CCOO y UGT, sería más fácil ejercer presión sobre Confebask para lograr acuerdos y actualizar las condiciones de esos 300.000 asalariados con su convenio sin renovar. Y si tampoco así hay resultados -la patronal ha dejado claro que quiere que la negociación colectiva aborde cuestiones útiles al empresario más allá de salario y jornada-, se plantea enviar “un aviso serio” a Confebask con “movilizaciones crecientes sin descartar ningún escenario”, algo que CCOO y UGT ya están haciendo a nivel estatal. Hay que recordar que Euskadi ya vivió movilizaciones en defensa de los convenios sectoriales en 2013 convocadas por un bloque sindical poco habitual como es LAB, CCOO y UGT.
El presidente de Confebask, Roberto Larrañaga, indicó en Radio Euskadi que la patronal está “dispuesta a ir a cualquier mesa que se abra para negociar, pero no vamos a ir a ninguna mesa donde se hable de imposición”, advirtió.