Bilbao - Dentro del bloqueo global que vive la negociación colectiva vasca hay pequeños movimientos que permiten trazar una radiografía sobre la situación laboral en las empresas. En 2016 se firmaron en la CAV algo más de 200 convenios, la mayoría de empresa, que incluyeron a 74.000 trabajadores. El alcance de los acuerdos supera el de los dos ejercicios precedentes pero queda muy por debajo de 2013, uno de los años más fructíferos de la crisis. La subida salarial media sigue estancada y cierra el año en el 1,1% mientras la jornada pactada escaló hasta las 1.688 horas, la cifra más alta desde 2008.

El tiempo de trabajo incluido en los convenios vascos ha sido tradicionalmente el más corto del Estado español y sigue siendo así, a diferencia de lo que ocurre con la evolución salarial en la que se tiende a una cierta equiparación. Aun así, en los últimos años se observa una tendencia en dientes de sierra en Euskadi frente a la dinámica de recortes de jornada previa a la crisis. Así, de 1.677 horas en 2015 se pasa a 1.688, según datos del Gobierno Vasco, una subida de 11 horas que es significativa si se tiene en cuenta que la cifra suele variar poco de un año a otro.

La jornada pactada el año pasado equivale a algo más de 37,5 horas semanales -en 2015 fueron 37,2- aunque normalmente el tiempo de trabajo efectivo es más bajo por circunstancias como bajas o conflictos laborales. Según el INE, la jornada real en 2015 fue en Euskadi, para contratados a jornada completa, de 1.644 horas anuales -33 menos de las firmadas- que a la semana son 36 y media.

El repunte del volumen de horas pactadas llega tras dos ejercicios de tímidos descensos después del incremento producido en 2013. Todavía en el inicio de la crisis se mantuvo la dinámica a la baja de las horas de trabajo pasándose de 1.703 en 2008 a 1.675 en 2009. En 2010 se alcanzó la cifra más corta con 1.674 horas. Hay que resaltar que los convenios se firman para varios años por lo que las condiciones acordadas en cada ejercicio dependen de las características del sector que toque renovar.

En ese sentido, fueron los servicios los que cerraron la jornada más corta en 2016, 1.670 horas al año, mientras la industria pactó 1.700 y la construcción se fue hasta las 1.767. Es decir, teniendo en cuenta solo los convenios del pasado año un trabajador de la construcción pasaría en el tajo dos horas más a la semana que uno de servicios. Al contrario, el incremento salarial es más fuerte en las empresas industriales mientras el sector terciario no alcanza el 1%.

Pese a su mayor número de trabajadores, en servicios se firmaron el pasado año 88 convenios por 115 del sector industrial, aunque los pactos de la rama terciaria tuvieron un nivel de cobertura mucho mayor con 55.000 de los 74.000 asalariados que vieron actualizar sus condiciones en Euskadi en 2016.

Los datos del departamento de Trabajo indican que Gipuzkoa sigue suscribiendo los convenios más favorables al trabajador con una subida del 1,29% y 1.676 horas. En Bizkaia, donde el impulso negociador fue más intenso, se acordaron condiciones similares a la media de la CAV mientras Araba supera las 1.700 horas y no alcanza el 1% de subida. Hay ramos que se salen de la tónica general como la construcción y la industria vizcaina con incrementos del 1,5 y del 1,3% si bien en ambos casos se trató de un puñado de acuerdos de empresa.

Aunque el alcance de la negociación colectiva mejora algo respecto a 2015 la mayoría de trabajadores siguen con su convenio sin renovar a la espera de saber si el reciente acuerdo para blindar el ámbito vasco contribuye al entendimiento.

1.688 horas. La cifra está 11 horas por encima de 2015, lo que supone pasar de 37,2 a 37,5 horas semanales. La jornada pactada en 2016 es la más elevada desde 2008, cuando fue de 1.703 horas, y se sitúa 14 horas por encima del mínimo de 2010.

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El año pasado se renovaron en la CAV algo más de 200 convenios, la mayoría de empresa, para 74.000 trabajadores. La cobertura aumentó respecto a 2015 pero siguió alcanzando a una minoría de asalariados.