BILBAO - La actividad continuará creciendo el próximo año en las fábricas vascas a pesar de las incertidumbres políticas exteriores que asoman por el horizonte, que en principio invitan a pensar en un menor ritmo y “altibajos” en la producción. Dentro de ese panorama, dibujado ayer por la consejera vasca de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, no habrá “sobresaltos” y se reforzará la recuperación del sector industrial.
Los dientes de sierra en el crecimiento serán “permanentes” y comunes a todos los sectores de la CAV y tendrán reflejo en la evolución del PIB. Sin embargo, la economía vasca navega ya a velocidad de crucero y podrá sortear sin grandes problemas los obstáculos que encontrará en el camino. Serán cuestiones que se escapan de todo control: cómo se resuelve el Brexit o el impacto de las políticas económicas de la Administración Trump. Y en general el comportamiento de los principales socios comerciales de las empresas vascas, Alemania y Francia. Se cierra un año “mejor de lo esperado” y se abre otro lleno de incertidumbres en el que resulta más que complejo acertar con las previsiones.
Tapia realizó ayer esta reflexión tras la renovación del programa de financiación a proyectos de I+D y eficiencia energética. Las empresas están expectantes ante la evolución de los acontecimientos y, aunque de momento no se perciben que las amenazas se estén materializando, Tapia reconoció que el mercado al que se dirige la industria vasca “no está creciendo de forma consolidada ni de forma constante”.
“Estamos observando altibajos. Vamos creciendo pero con altibajos, no es una situación de crecimiento permanente”, admitió, y lo más inquietante es que esta situación “ha llegado para quedarse”.
El sector más expuesto al exterior es el manufacturero, afectado además por cuestiones como la crisis de las acerías provocadas por la llegada a Europa de productos siderúrgicos low cost procedentes de China. En ese ámbito el papel de la Comisión Europea, recordó Tapia, será fundamental. “Empezamos el año 2016 en una situación muy compleja donde la Unión Europea no establecía suficientes medidas antidumping y teníamos como consecuencia el cierre de alguna empresa en Euskadi. Terminamos el año con la adopción por parte de la UE de medidas realmente importantes donde todos los países se han puesto de acuerdo para adaptarlas y quizá, en los próximos meses, veamos cómo el sector del acero se moderniza y también va creciendo”, señaló. En el otro lado de la balanza están los segmentos industriales vascos con mayor fortaleza. Entre ellos, la consejera de Desarrollo Económico citó la automoción y la aeronáutica, donde se registra un crecimiento “más uniforme”.
De cara al futuro, el Gobierno Vasco se compromete a realizar un seguimiento de “todos y cada uno de los sectores y empresas”. Para ello y con el objetivo de adelantarse “en la medida de lo posible” a los problemas se apoyará en los clusters.
Ante las restricciones de Bruselas a subvenciones públicas, Arantxa Tapia aseguró que cuando se puedan establecer “mecanismos de ayudas generales”, el Gobierno Vasco los pondrá en marcha, pero en caso contrario, el Ejecutivo seguirá actuando “como hasta ahora, de forma muy personalizada y muy directa con empresas concretas”.
200
El protocolo firmado ayer por el Gobierno Vasco, los bancos y Elkarri busca movilizar inversiones por valor de 200 millones de euros. Lakua financiará 75 millones, las entidades, la misma cantidad y 50 millones correrán a cargo de las propias empresas y centros tecnológicos.
Las claves del programa. Se financiarán proyectos que se realicen entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2017. El importe máximo a financiar por la operación de préstamo no podrá superar los 5.000.000 de euros, con un tipo de interés variable con un coste máximo de Euribor más un diferencial de 2%. El plazo de las operaciones será hasta un máximo de 10 años, con un máximo de 2 años de carencia opcionales y no se aplicarán comisiones sobre el nominal del préstamo.