gasteiz - El Gobierno Vasco dio a conocer ayer las directrices de los Presupuestos de 2017, que prevé tener listos en febrero y aprobados en el Parlamento como tarde en abril. Serán unas cuentas “sin alegrías”, según el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, en un contexto de ralentización del crecimiento del PIB. Está previsto que la actividad de la CAV avance el 2,3% el año que viene, siete décimas menos que este año, aunque aun así el Ejecutivo podrá mantener los “objetivos prioritarios” marcados en el acuerdo de gobierno entre PNV y PSE en materia de empleo y protección social. Pese al parón económico, la previsión de ingresos apunta a que Euskadi podrá mantener el nivel de gasto público en 2017.

Azpiazu compareció ayer después del consejo de Gobierno junto al consejero de Gobernanza Pública y Autogobierno, Josu Erkoreka, y la titular de Trabajo y Justicia, Mari Carmen San José, para detallar las directrices económicas de los presupuestos del año que viene. Sin cifras concretas aún, las directrices definen el escenario económico y marcan la pauta que guiarán las cuentas. En el plano macro, el contexto internacional llevará a la economía vasca a una “suavización” del crecimiento, es decir, se pasará de crecer un 3% a hacerlo un 2,3%. En todo caso, los dos números mejoran en una décima la previsión anterior.

El escenario no es malo y permite asentar la recuperación, aunque sí hace prever que la entrada de ingresos será más ajustada que este año -hasta noviembre la recaudación ha crecido el 3,1% cuando inicialmente estaba previsto un avance del 7%-. Los compromisos de déficit obligan, relata a continuación el Ejecutivo en sus directrices, por lo que, como señaló Azpiazu, la ecuación no da para “alegrías”.

Euskadi ha pactado con Madrid un incremento del tope de déficit este año que permitirá elevar el gasto en 270 millones y compensar el desajuste entre los ingresos previstos y los que realmente se han obtenido. Se evita así meter la tijera a las cuentas de este año, que a la luz de lo avanzado por el consejero de Hacienda se parecerán mucho a las de 2017. Azpiazu indicó que “no habrá mucho crecimiento” en las principales partidas presupuestarias, aunque dejó claro que no se renunciará a los objetivos del Ejecutivo que integran PNV y PSE en materia económica y de empleo y a nivel de protección social. “No será un presupuesto tan alegre como el que nos gustaría hacer”, indicó Azpiazu, pero “cumplirá con las prioridades”, señaló. Los números se harán en base “al doble criterio del Gobierno de garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de las personas y de actuar como palanca de crecimiento y creación de empleo”, recogen las directrices.

El Ejecutivo tiene previsto tener listas las cuentas en la segunda mitad de febrero, cuando se conocerá el dinero que se asignará a cada departamento, para ser remitidas al Parlamento dentro del primer cuatrimestre. Para su aprobación, los dos partidos que integran el Ejecutivo requieren de al menos un voto favorable o dos abstenciones por parte de alguna otra formación.

frenan industria y servicios En cuanto a la letra pequeña del cuadro macro presentado ayer, destaca el parón de servicios e industria, que pasan de incrementar su actividad por encima del 3% a hacerlo en 2017 un 2,4 y un 2,3%, respectivamente. La construcción, en cambio, mejora un décima hasta el 1,7% mientras el sector primario se desploma.

El consumo doméstico también se resentirá después del importante papel que han jugado los hogares en la recuperación de la actividad en los últimos dos años, y el gasto de las administración crecerá apenas un punto tras rondar el 2% este ejercicio. En cuanto al motor exportador, seguirá en los niveles de 2015 y 2016, en los que se han alcanzado máximos históricos.

Sobre la evolución del mercado de trabajo, Lakua prevé que el empleo vuelva a crecer cerca de dos puntos, lo que equivaldría a algo más de 15.000 puestos medidos a tiempo completo. La tasa de paro se reduciría más de tres puntos en dos años hasta el 12,3%.