bilbao- Ángel Landabaso está detrás de la política vasca de internacionalización, que se ha convertido en tabla de salvación de muchas empresas, y pide más Europea para hacer frente al nuevo desafío.
En menos de seis meses se han producido dos grandes cambios en el contexto internacional que condicionarán la actividad exterior de la empresa vasca: el ‘Brexit’ y la victoria electoral de Trump en EEUU Son movimientos que han generado auténticos terremotos, sobre todo el nombre del nuevo inquilino de la Casa Blanca.
-Estoy preocupadísimo, porque estamos en un mundo globalizado y me parece una pesadilla que las esperanzas de las relaciones transatlánticas dependan de que no cumpla lo que ha prometido el presidente electo de Estados Unidos. No estamos en una fase positiva. En la fase de vamos a hacer esto o lo otro o de vamos a negociar el TTIP o discutir el Ceta con Canadá. Es una pesadilla que todo dependa de que un señor xenófobo, inculto y agresivo tenga una agenda y que nuestra mejor expectativa sea que no cumpla esa agenda.
Y el ‘Brexit’ sin resolverse.
-Sí, luego estamos en Europa en lo más hondo del pozo, porque el Brexit está generando unas incertidumbres impresionantes. La isla no se va a desplazar, va a seguir allí, por tanto, tenemos primero las incertidumbres de la salida del Reino Unido y al mismo tiempo tenemos que negociar con ellos cómo vamos a relacionarnos nuevamente. Es una situación de una complejidad única.
¿Cuál debe ser la respuesta?
-Tenemos que seguir siendo muy positivos. Aunque la economía europea no crece mucho, las bases del mercado único, del mercado interior, las bases del euro son irreversibles, no vamos a volver a la peseta jamás. Tenemos que seguir haciendo más Europa y tenemos que plantearnos muy seriamente en cada una de las instituciones qué es lo que queremos hacer con la construcción europea. Debemos pensar cómo nos podemos activar desde todas las instancias: Gobierno vasco, ayuntamientos, diputaciones. Todos deben pensar cómo contribuir.
¿Qué es lo que más debe inquietar ahora mismo a las empresas vascas, lo que suceda en EEUU o lo que pase con Reino Unido?
-Son cosas diferentes. En cuanto a Gran Bretaña, me parece tan absurdo el error de un político mediocre que plantea un referéndum para salvar su propia imagen y termina en un tiro al pie que se le ha escapado. Lo que muestra el Brexit es el descontento con el club de la Unión Europea y plantea unos desafíos espectaculares. Para nosotros habrá un mercado, quizás con aranceles e igual afecta hasta el turismo. Pero para la construcción europea se pierde un socio fundamental que ha salido o quiere salir del núcleo central. No se sabe en qué plazo o de qué manera saldrá, pero como ciudadano me gustaría que fuese terapia de choque. ¿Quieres ir fuera?, pues fuera y a negociar lo que hay que negociar. Ahora bien también me parece que hay que negociar en paralelo, en otro foro qué relación vamos a tener con los que viven allí y están a muy pocos kilómetros de las costas francesas y forman parte muy importante de la construcción europea.
Es un equilibrio muy complejo.
-Sí, pero tenemos un ejemplo que es Noruega, que no está por otras razones, y que contribuye al presupuesto y participa en programas de investigación y desarrollo. Hay que buscar una fórmula en la que se dé la salida y negociar cómo seguir con unas relaciones privilegiadas para que el club funcione.
¿Y respecto al triunfo de Trump?
-Sinceramente estoy muy asombrado de lo que leo. Sin embargo, Europa estaba abordando en un momento de gran debilidad la negociación del TTIP, que es un marco de relaciones muy importante con EEUU Que se retrase no me preocupa demasiado.
¿Para tener una mejor posición negociadora?
-Efectivamente. Es importante tener acuerdos comerciales con todos los que nos interese y que esto no sea la ley de la selva. Es mejor tener unos acuerdos, mejorables o no, que no tenerlos. Hay que evitar que sea la Ley de la Selva la que permite que entres en un mercado o no. Si tienes un acuerdo con un mercado tan importante como EEUU también influyes en Sudamérica, algo muy importante. Si no lo haces lo otro que queda es ir a hacer dossiers antidumping.
¿Cree que es posible cerrar la economía estadounidense y apostar por el proteccionismo?
-Yo creo que Donald Trump ha podido prometer a los desempleados de Ford que va a poner aranceles a los coches que se fabrican en Ford de México para que los coches se fabriquen en EEUU y que recuperen su empleo. Pero es una mentira, es imposible hacer eso. Hay muchísimas mentiras que se han dicho. Sin embargo, lo que me parece gravísimo es el síntoma del proteccionismo, que por otra parte se practica en muchas cosas, no hay que engañarse. Y me preocupa más la desrregulación casi que el proteccionismo. Es mejor tener unos mercados pactados, que funcione la competencia de una manera no desleal y que se nos abran a todos las oportunidades.
Que no se convierta en la selva.
-Eso es. Es que en el mundo no hay otra cosa que se parezca a Europa en estos momentos. Con todos los problemas que tenemos, tenemos mercados regulados y en proceso de regulación, que, bueno, no se hace nada perfecto, pero tenemos unos mecanismos de regulación unos contrapesos y unos controles. ¿Lo otro qué va a ser? Lo otro no me lo imagino: Allá usted, compre barato donde quiera y sin ninguna garantía, sin ninguna regulación, sin ningún derecho y sin respetar temas ambientales.
Por ahí viene otra de las promesas electorales polémicas de Trump.
-Una que me preocupa muchísimo, porque hay que ser tonto, y lo digo así, con todas las letras, para rechazar el cambio climático. Puedes pensar que va más lento o más rápido, que afecta más o menos... pero ser negacionista es estúpido y el presidente electo de Estados Unidos ha dicho eso y nos afecta a todos de una manera superpreocupante y no solo por el clima. Nos afecta en el campo de energías renovables donde tenemos empresas de liderazgo muy buenas en Europa y en el mundo.
¿Se desmarcará EEUU del pacto?
-No sé cómo se va a resolver ni en las manos de quién está resolverlo. Lo que está claro es que Europa tiene que enseñar sus cartas y decir que esto no puede ser así. El esfuerzo que se hizo en París fue alucinante, se dejó en manos de los estados que hagan lo que puedan pero sobre la base de que estamos todos entrelazados, hasta China está activa en la fase decisiva. ¿Si EEUU se descuelga, se descuelgan China o India? Me parece estúpido ese negacionismo, las consecuencias no las quiero ni imaginar.
El caso es que hay cuestiones en las que Europa es muy lenta.
-Pues hemos tenido ciertas experiencias con el tema del acero. Se ha montado un procedimiento antidumping contra China que es temporal, que limita, pone aranceles a las importaciones, pero que creo que no es suficiente para frenar el dumping social que se está imponiendo en este mundo globalizado. Además, hay una cosa que me importa mucho más, que no ha habido unanimidad en la decisión al respecto. Reino Unido no lo ha apoyado porque no se siente vinculado con los problemas europeos y pone un clavo más en la caja. Qué socio es este que se desmarca en un tema absolutamente clave que afecta a Italia, Euskadi, Alemania y Francia. Tenemos una cultura, una historia del acero en Europa que habrá que renovar y reestructurar, pero a la que hay que seguir apoyando. Por eso me parece que la UE no es un club que funcione de manera óptima si uno de nuestros socios -junto a otros, ojo- se opone en el Consejo Europeo a las medidas antidumping con China porque ellos quieren tener una relación privada.