DONOSTIA - La industria 4.0 ha llegado para quedarse y, aunque las pymes tienen más dificultades para incorporar sus exigencias, van a tener que trabajar esta estrategia porque de lo contrario se pueden ver abocadas a su desaparición o a su sustitución por otras más competitivas. Es la advertencia que lanzó ayer a las empresas vascas de pequeño tamaño la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia, durante su intervención en la apertura del congreso Basque Industry 4.0, que congregó en Donostia a dos millares de representantes del mundo empresarial, académico y tecnológico.

La consejera vasca reconoció que el trabajo que exige incorporar a la actividad empresarial elementos relacionados con la cuarta revolución industrial es más costoso cuanto menor es el tamaño de la empresa, por lo que se dirigió a las grandes y medianas compañías para pedirles su colaboración con la intención de que en esta apuesta “nadie se quede atrás”.

La alineación de todo el tejido industrial vasco en la estrategia hacia la manufactura avanzada no es el único reto que Arantxa Tapia mencionó durante su intervención. “No ha existido, ni existe, ni existirá una zona de confort donde los empresarios estén relajados”, afirmó, para recomendarles que no bajen la guardia ahora que todo apunta a una estabilidad económica a nivel de la CAV.

Muy al contrario, abogó por mantener una postura “serena y prudente” ante las reacciones que se pueden producir en el mundo económico tras fenómenos como el Brexit en el Reino Unido, la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos o la ralentización del crecimiento en la Eurozona. También alertó de la situación de las economías importantes para Euskadi como Brasil, China o India.

Adaptación Sin embargo, la consejera consideró que la industria vasca ha dado muestras de saber adaptarse a las transformaciones y que, esta vez de nuevo, sabrá atender a los nuevos requerimientos. Más aún, según dijo, cuando la estrategia 4.0 comienza a instalarse en Euskadi “de forma silenciosa pero imparable, sin poner en riesgo a la empresa”. Esta respuesta activa del tejido empresarial viene reforzado, tal y como subrayó Tapia, por el trabajo de las personas “sin las que no podríamos hacer nada”.

Es el motivo por el que consideró imprescindible ubicarlas en el centro de las compañías e involucrarlas con una formación que, paradójicamente, no solo contemple los aspectos tecnológicos, sino que también tenga en cuenta cualidades como la transparencia, la capacidad de liderazgo o la empatía, entre otras.

La inauguración de Basque Industry 4.0 también contó con la participación de Alex Arriola, director de la SPRI, quien destacó que en esta tercera edición casi se ha duplicado el número de inscritos, lo que en su opinión es reflejo del compromiso de empresas, universidades, centros tecnológicos y clusters por impulsar los avances aplicados al mundo económico.

Arriola también valoró el incremento del número de proyectos presentados y, sobre todo, su calidad, que hace que Euskadi “sea ya un referente en Europa” en esta materia.