EL Gobierno del PP va en serio. Si Mariano Rajoy logra las abstenciones que necesita para hacer bueno el apoyo minoritario de su partido y de Ciudadanos, se modificará la norma y los jubilados podrán a partir del próximo año cobrar su pensión y tener un trabajo remunerado. Es una posibilidad que ya está contemplada pero solo para los que aceptan cobrar la mitad de la pensión.

Un recurso de los autónomos

El mecanismo actual de la jubilación activa está abierto a prácticamente todos los trabajadores. Solo tienen el acceso vetado los funcionarios, salvo que el nuevo empleo sea en el sector privado, y admite tanto asalariados como autónomos. También es válido para trabajadores a tiempo parcial.

La medida está en vigor desde hace tres años y apenas han optado por esa fórmula unas 31.000 personas. En su mayoría son autónomos, los que por regla general tienen las pensiones más bajas y se ven obligados a completar de alguna forma sus ingresos.

El trabajador debe haber cumplido la edad legal de jubilación y haber tenido una carrera de cotización larga que le permita haberse jubilado con el 100% de la pensión que le correspondía.

Para evitar los abusos en la medida, la compañía que contrata al jubilado activo debe tener su historial limpio de despidos improcedentes los seis meses anteriores a la contratación. Las plantillas no pueden sufrir recortes durante la duración del contrato.

Las cotizaciones no aumentan la pensión

Una de las preguntas que surgen cuando un candidato se interesa por el mecanismo es si las cotizaciones generadas durante la jubilación activa aumentan la pensión que se cobra en el futuro, cuando se vuelve a recibir el 100%.

La respuesta es clara: no se genera más pensión. El cálculo inicial realizado por la Seguridad Social en el momento del retiro se mantiene invariable, porque el trabajador que compatibiliza salario y jubilación solo cotiza por incapacidad temporal y contingencias profesionales. No realiza la habitual aportación personal -contingencia común- de los trabajadores al sistema, un dinero que en el futuro pasa a formar parte de su propia jubilación.

En cambio, sí se le aplica una cotización de solidaridad que va a la caja común de la que se benefician el conjunto de los pensionistas. La cantidad es de un 8% de su sueldo y la empresas paga casi todo, el 6%.