madrid - La deuda pública española ha vuelto a crecer con fuerza en junio, 18.500 millones más, superando por primera vez la cifra de 1,1 billones de euros. El ratio sobre el PIB, que permite comparar la deuda de un país con la riqueza que produce al año, sube al 100,9%, un nivel similar al que había en 1909. A pesar de los severos recortes, desde que Mariano Rajoy accedió a La Moncloa a finales de 2011 la deuda de España ha crecido en 357.000 millones pasando de menos del 70% del PIB a rebasar el 100%. Un legado parecido al que dejó tras sus siete años de gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que en 2004 se encontró un nivel del 45%.

Salvo en enero y en abril, la deuda pública de las administraciones españolas ha prorrogado en 2016 la senda alcista de los últimos ejercicios, con un ascenso especialmente acusado en junio que sitúa el volumen total de deuda de nuevo por encima del listón del 100% del PIB abandonado en abril.

España debe ahora a los acreedores 1,107 billones de euros, según los datos del Banco de España, lo que supone alcanzar un nuevo máximo histórico en términos absolutos. Nunca la deuda había sido tan abultada, aunque en comparación con el PIB el peso de la deuda sí superó la cota actual hace más de un siglo.

Hay que retroceder a 1909 para encontrar un registro de endeudamiento del 101% del PIB, según series históricas publicadas por el FMI y en estudios académicos, curiosamente en un momento en el que la economía española salía de una recesión. En el inicio de esa década el ratio deuda/PIB tocó el techo del sigo XX con un valor del 128%. Antes, en la década de 1880, llegó a superar el 150%. En términos absolutos la deuda era muy inferior a la actual, ya que la magnitud de los bienes y servicios producidos en España aquellos años era también menor.

La deuda pública española recupera la senda alcista en 1920 y crece con fuerza durante la Guerra Civil. A pesar de que la contienda arrasó la economía y obligó a multiplicar el gasto en armamento, el máximo que se llegó a alcanzar entonces fue el 84,7% sobre el PIB, dieciséis puntos menos que ahora.

La situación de las arcas públicas mejora durante la dictadura y la deuda toca suelo a mediados de los años setenta con una cifra de entre el 7 y el 8%, dependiendo de la fuente. A partir de ahí la escalada es prácticamente continua salvo el frenazo producido entre 2000 y el inicio de la crisis. En esos años, en todo caso, el volumen total de deuda siguió aumentando y la reducción del ratio estuvo ligada al crecimiento del PIB de la mano del endeudamiento privado.

Según datos del Banco de España, cuya serie histórica comienza en 1980, en los mandatos de Felipe González (1982-1996) la deuda de la administración pasó del 25% al 65% del PIB. En la etapa de José María Aznar se reduce el ratio sobre el PIB pero aumenta el adeudo total en 65.000 millones de euros. Aun así, fue un periodo relativamente saludable para las arcas públicas, tal y como acostumbra a destacar la derecha española, aunque lo cierto es que la gestión de Aznar estuvo condicionada por factores favorables a nivel fiscal como la burbuja inmobiliaria, los bajos tipos que reducían el gasto en intereses o la fuerte entrada de fondos europeos, que comenzaron a mermar a partir de 2004 con la llegada de nuevos países a la Unión Europea.

la sangría sigue con rajoy Tras la etapa de Zapatero, que coincide con el inicio de la crisis y que dispara la deuda bruta en 355.000 millones -el incremento se concentra a partir de 2007-, Mariano Rajoy aterriza en La Moncloa con una larga lista de recortes para reducir el déficit, pero la sangría de la deuda continúa.

A finales de 2011 España debía 743.000 millones de euros, una cifra que no ha parado de crecer hasta rebasar este año el billón de euros. Los 1,107 billones equivalen a que cada contribuyente del Estado español debe 23.800 euros.

Desde el Ministerio de Economía se trató de justificar ayer el nuevo incremento de junio en la estacionalidad y en los picos que se generan en los meses en los que hay vencimientos, y se destacó que el ritmo de crecimiento de la deuda pública se está ralentizando desde 2013. El Gobierno en funciones asegura que podrá cumplir con el objetivo de dejar el ratio sobre el PIB en el 99,1% gracias al crecimiento de la economía y calcula que reducirá la cifra hasta el 96% en 2019.

La Comisión Europea, en cambio, prevé que la deuda española cierre el año por encima del 100% del PIB y reclama una nueva ronda de ajustes para contener el déficit -España lleva ocho años sin cumplir el objetivo- que podría alcanzar los 20.000 millones entre este año y el que viene. El Ejecutivo en funciones asegura que tiene margen para cubrir ese agujero con la subida de la recaudación por la mejoría de la actividad, pero los expertos ya advierten de que el crecimiento económico se frenará el año que viene.