Euskadi ha vivido de cerca en los últimos meses lo que es sufrir las decisiones que toma una multinacional como ArcelorMittal a miles de kilómetros de distancia. Las malas noticias que llegaron en el inicio de año a Sestao y Zumarraga son especialmente difíciles de digerir después de conocer que Mittal ha vuelto a obtener beneficios millonarios en el primer semestre dejando atrás las pérdidas de 2015, lo que ha situado al gigante angloindio en el punto de mira de instituciones, agentes sociales y en general de la opinión pública de Euskadi.

A la difícil situación en que se encuentran los trabajadores de la ACB de Sestao hay que añadir la que han vivido los empleados de Zumarraga, que desde el primer momento supieron que su empresa no iba a tener continuidad. Una parte de la plantilla del municipio guipuzcoano ha optado por el traslado a las plantas que Mittal tiene en Asturias, si bien la mayoría han decidido seguir haciendo sus vidas en territorio guipuzcoano acogiéndose a una indemnización.

En suma, dos municipios que pueden perder, si no se remedia la situación de la ACB, uno de sus referentes productivos y económicos, con el impacto derivado sobre las empresas y el empleo auxiliar. La multinacional que dirige el empresario indio Lakshmi Mittal justifica estos movimientos en la escasa demanda por la entrada de acero chino en Europa, pero no son decisiones fáciles de entender cuando la compañía ha presentado unos beneficios hasta junio de más de 600 millones de euros, lo que supone dejar atrás las pérdidas de 2015.

malestar en las instituciones En concreto, han sido 627 millones de euros de beneficio, lo que demuestra, que como denuncian los sindicatos, el gigante angloindio sí tiene dinero. En este contexto, la postura de Mittal tampoco convence a las instituciones de la CAV, visiblemente molestas por las decisiones tomadas en dos de sus fábricas vascas.

La tensión entre empresa y administración ha quedado patente en el proceso negociador para dar continuidad a la actividad de la ACB, en el que la multinacional ha puesto las ayudas públicas como condición indispensable para la reapertura. Se trataría, en todo caso, de una reapertura bajo mínimos, únicamente algunos fines de semana, y realizando importantes ajustes de plantilla, lo que para muchos es un nuevo paso hacia el cierre definitivo.

El anuncio del 9 de septiembre como posible fecha de reapertura ha vuelto a encender una luz de esperanza, aunque desde el Gobierno Vasco se mantiene una postura firme. Las ayudas que puede brindar la administración a las empresas están ahí y Mittal puede optar a ellas en las mismas condiciones que sus competidores. Desde el departamento de Desarrollo Económico siempre se ha entendido que lo primero es abrir la planta y reanudar la producción para luego valorar los incentivos que se pueden conceder, entre otros campos, para I+D. Hacerlo al revés podría implicar, mantiene Lakua, echar en saco roto los fondos de la administración.

La desconfianza de las instituciones en los mandatarios del gigante indio es tal que el propio Gobierno Vasco y la Diputación de Bizkaia han propuesto en más de una ocasión a Mittal que venda la planta de Sestao para tener vía libre para buscar un comprador que realmente quiera invertir y dotar de futuro a la fábrica. - DNA