bilbao - La desconfianza vuelve a mandar en las relaciones entre el Gobierno Vasco y ArcelorMittal. La consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, no está dispuesta a arrojar cada año entre 10 y 15 millones de euros en un saco roto y la multinacional sigue sin presentar un plan industrial con recorrido que convenza a Lakua. Al contrario, la dirección de la ACB prevé acumular pérdidas los próximos dos años por un valor muy cercano a la cuantía de dinero público que reclama a la administración vasca. El temor es que el grupo no tenga intención real de mantener la acería y esté planeando un cierre por capítulos endulzado por las arcas de la CAV. Así las cosas, la postura del Gobierno es tajante: lo primero es reabrir la ACB y más adelante ya se fijarán las ayudas.

ArcelorMittal se topa así con un escollo importante en la hoja de ruta que había preparado para su fábrica de Sestao. Consiguió, tras una reñida votación, que la plantilla diese su visto bueno al plan para producir dos fines de semana al mes con 140 trabajadores, menos de la mitad de los que había en enero, pero sigue sin poner fecha de reapertura. La empresa está esperando a alcanzar un acuerdo con el Gobierno Vasco en relación al paquete de ayudas que reclama, que rondan los 15 millones de euros al año, y el pasado viernes advertía de que sin el soporte de la administración no pondrá en marcha el plan avalado por la plantilla.

Un acuerdo social que ha dejado una plantilla dividida y ha generado un enorme malestar en una parte de los trabajadores, que entienden que el proceso abierto por la multinacional en enero, cuando detuvo la producción de Sestao de forma indefinida, solo ha sido un chantaje para reducir personal. Ayer se celebraba una nueva asamblea en la que el comité no pudo ofrecer grandes novedades en relación al calendario que la ACB tiene por delante. Aunque Mittal tiene intención de retomar la producción a mediados de julio, si esta semana no se llega a un acuerdo con Lakua sobre las ayudas el margen para reabrir el mes que viene será muy estrecho.

Y no parece que las posturas estén cercanas, más bien todo lo contrario. Si bien hace quince días la consejera Tapia valoraba como un paso adelante el que Mittal se hubiese comprometido a ofrece un plan de producción detallado para cinco años, lo cierto es que los compromisos no llegan. Hasta ahora se han celebrado tres reuniones técnicas entre la dirección de la ACB y el departamento de Desarrollo Económico y se están produciendo también conversaciones telefónicas. Los ejes de la negociación son, por un lado, la línea de ayudas a la I+D, las que suponen el montante más elevado dentro de las exigencias de Mittal, y por otro, el plan industrial para la acería. En realidad ambas cuestiones van de la mano, ya que Lakua ha dejado claro que, sin un proyecto viable, no habrá dinero público. En este sentido, la percepción del departamento de Desarrollo Económico es que no hay intención de utilizar las ayudas dentro de un plan industrial con futuro.

Incluso una vez reducida la plantilla y con un nivel de producción mínimo, la factoría de Sestao dejaría pérdidas durante al menos dos años, según los cálculos transmitidos por la empresa. Y no hay números concretos más allá de 2018, lo que genera una gran desconfianza en el Ejecutivo. Además, los resultados negativos previstos coinciden, más o menos, con la cuantía de las ayudas solicitadas a la administración. “Las ayudas a la I+D+i son para garantizar la competitividad y la viabilidad de una empresa, no para cubrir pérdidas”, dijo ayer Tapia, y reiteró que su departamento “no va a ser cómplice de un cierre a plazos”. Además, recordó que las ayudas de I+D deben otorgarse dentro de sus “debidas convocatorias” en concurrencia competitiva con el resto de empresas. En caso contrario, indicó la consejera, las ayudas pueden distorsionar la libre competencia y ser anuladas por Europa.

El Ejecutivo se mantiene firme e insiste en que, antes de establecer cualquier vía de apoyo a Arcelor, primero la compañía tiene que mover ficha y poner en funcionamiento la ACB. Tapia recordó que en este momento ArcelorMittal está pujando por comprar la mayor acería del sur de Europa, ubicada en Italia. “Tiene recursos suficientes”, afirmó.