BILBAO - Hace tres semanas se celebró la tercera edición de las Jornadas Financieras Deusto Business School. En las jornadas se analizaron temas como el capital riesgo como alternativa de financiación empresarial y las perspectivas económicas financieras de 2016. En la segunda jornada intervino Sonsoles Castillo, economista jefe de Escenarios Financieros de BBVA Research. Economista por la Universidad de Alcalá de Henares, Sonsoles Castillo se muestra ligeramente optimista sobre la evolución de la economía aunque advierte de las incertidumbres existentes.

¿Qué perspectivas económicas contemplan para este año, a nivel mundial?

-Nuestras previsiones contemplan una gradual recuperación de la actividad mundial en la segunda mitad del año y en 2017, si bien a tasas muy moderadas si se comparan con las previas a la crisis de 2008-09. Actualmente, estimamos que el crecimiento mundial está algo por debajo del 3% y que podría acelerarse ligeramente para crecer en el rango 3-3,5% en los dos próximos años.

¿Qué riesgos ve a nivel global?

-Los riesgos sobre el crecimiento son a la baja y están asociados fundamentalmente a China, y su potencial impacto global, sobre todo en economías emergentes, al posible freno en la recuperación de las economías desarrolladas y el riesgo geopolítico.

¿Y en Europa?

-El crecimiento en la zona euro se está acelerando muy gradualmente. Esperamos tasas en el entorno del 1,5% o el 1,8% en los dos próximos años. La combinación de una política monetaria acomodaticia, un tono de la política fiscal más neutral y un petróleo barato son el principal soporte para la actividad, sobre todo, la demanda interna. Mientras tanto, la debilidad del crecimiento global no permite un impulso mayor de las exportaciones. Los riesgos a la baja en Europa son numerosos, entre los que destacan el resultado del referéndum sobre el Brexit o la resolución del rescate de Grecia, y varios riesgos políticos y geopolíticos que están dañando la confianza, el proceso de integración europeo y la continuación del proceso de reformas.

¿Cuáles son los principales retos de la economía vasca?

-En cuanto al País Vasco, a corto plazo preocupa la solidez de la incipiente recuperación de las exportaciones. A medio plazo, además del impacto por la incertidumbre política, los retos futuros se centran en el envejecimiento de la población, la capacidad de incrementar la tasa de actividad, la atracción de capital humano, y elevar el nivel tecnológico de su tejido productivo, para poder competir con países emergentes.

El comercio mundial crece a tasas del menos del 3%, una cifra más baja que la media del siglo XXI . ¿A qué se debe?

-Aunque la caída de los precios de las materias primas no ayuda, no es la causa más importante del ajuste, que también se produce en términos reales, sobre todo en el último año. A este comportamiento menos dinámico del comercio global están contribuyendo diversos factores: el menor impulso de políticas liberalizadoras, la intensidad de la crisis en Europa, una de las áreas comerciales más potentes del mundo, y la ralentización y transformación de la economía china. China se encuentra en un proceso de transformación estructural, de rebalanceo de su economía desde el comercio de bienes y la inversión al consumo doméstico y los servicios, lo que tenderá a frenar el dinamismo del comercio mundial en el medio plazo.

¿El petróleo bajo, a 40 dólares, lo ve mantenible todo el año?

-El precio del petróleo está registrando una gran volatilidad, con lo cual hay una elevada incertidumbre a la hora de prever su evolución en el corto plazo. Parte del rebote reciente en su precio se explica por las expectativas de que algunos países productores alcanzaran un acuerdo para congelar la producción, un acuerdo que no está garantizado y que, en cualquier caso, dejaría todavía el mercado con exceso de oferta. Por tanto, no esperamos un repunte fuerte adicional del crudo. Nuestro pronóstico apunta a un precio promedio se sitúe ligeramente por debajo de los 40 dólares en 2016 y de 45 dólares en 2017. En el largo plazo, estimamos que un precio del petróleo de 60 dólares, por dos motivos fundamentalmente: primero, la irrupción de Estados Unidos en la producción mundial de la mano de la revolución del denominado shale gas, lo que se traduce en un aumento estructural de la oferta; y segundo, porque la demanda no aumenta (por el menor crecimiento esperado de China y su menor intensidad energética).

¿Hay una guerra comercial utilizando las devaluaciones de las divisas en el mundo?

-Una guerra de divisas no beneficiaría a nadie; es más, podría poner en peligro la frágil recuperación global. Los principales países, en el marco del G20, se han comprometido reiteradamente a no utilizar el tipo de cambio como instrumento para ganar competitividad.

¿La política monetaria del BCE, con el precio oficial del dinero en negativo, ayuda a la economía europea más allá del corto plazo?

-La economía europea está aún produciendo claramente por debajo de su potencial. La política del BCE es, sin duda, un elemento de soporte para el crecimiento. Dado el bajo crecimiento, la baja inflación y los riesgos numerosos riesgos a la baja, una política monetaria muy acomodaticia es una condición necesaria para crecer. Sin embargo, cada vez es más patente que la política monetaria sola no es suficiente para reactivar el crecimiento, sobre todo a largo plazo. La política monetaria debería acompañarse de otras medidas, tal y como ha propuesto el presidente Draghi repetidamente, sobre todo por el lado de la oferta. Hay cierto consenso en que el impacto de este tipo de medidas, depende de los niveles que alcancen los tipos de interés y del tiempo que los tipos de interés permanezcan en negativo. De ahí que el BCE haya manifestado su intención de, caso que fuera necesario, apoyarse más en medidas expansivas que en recortes adicionales de tipos de interés.