Bilbao - Como cada Primero de Mayo, miles de sindicalistas cargados de banderas y pancartas desfilaron ayer por la Gran Vía de Bilbao. Fue una mañana de reivindicaciones, sobre todo de empleo y condiciones dignas, y también de críticas contra los gobernantes. Especialmente duro fue el secretario general de ELA, Adolfo Txiki Muñoz, quien lanzó numerosas acusaciones contra el Gobierno de Iñigo Urkullu y contra el propio lehendakari, culminación de una legislatura marcada por el continuo desencuentro entre su sindicato y el Ejecutivo jeltzale.

“Nos quieren de uno en uno, obedientes y cargados de miedo”, aseguró Muñoz al mencionar el nuevo modelo de relaciones laborales de Confebask. Pero no se refería el líder de ELA únicamente a las pretensiones empresariales, sino también a las de los gobiernos o, más concretamente, a las de los ejecutivos de la CAV, Nafarroa y el Estado español, todos “tremendamente dóciles con el gran capital”. “Los gobiernos han decidido desequilibrar en favor del capital toda la sociedad. ELA no les va a acompañar en ese viaje”, dijo Muñoz.

El sindicalista alavés hizo referencias constantes a la importancia de la organización y de la autonomía financiera. “Estamos organizando la legítima defensa”, expresó el líder de ELA, que a pocas semanas de unas nuevas elecciones en el Estado y a meses de votar en la CAV llamó a los partidos de izquierda a “hacer oposición a la derecha”. “No nos dejéis solos”, pidió.

Y cargó contra el Ejecutivo de Urkullu por “extender la precariedad y la miseria” en la subcontratación pública y por “financiar” y apoyar a Confebask. “Los sindicatos les estorbamos, no quieren trabajadores organizados. Pero no les vamos a dar la paz social que buscan ni al Gobierno ni a la patronal. Nunca hemos tenido una estrategia clientelar en el pasado ni la vamos a tener en el futuro”, aseveró en uno de los momentos más enérgicos de su alocución logrando arrancar los aplausos de los presentes.

empresas en lucha La manifestación, que partió del Sagrado Corazón poco después de que hiciese lo propio la de CCOO y UGT, estuvo encabezada por pancartas contra la xenofobia, por la igualdad de género o por la mejora de los salarios. Después se situaban trabajadores de firmas en conflicto como Arcelor, TMB-Arraiz, Eaton, las residencias de Bizkaia o las empresas de mantenimiento de carreteras de Gipuzkoa. “Las huelgas son un sinónimo de funcionamiento democrático. Sin conflicto social no hay democracia”, defendió Muñoz.

Los varios miles de afiliados y simpatizantes del sindicato abertzale, entre los que se encontraban líderes políticos como Pello Urizar, secretario general de EA, partieron a las 12.30 horas hasta El Arenal, donde tuvo lugar una comida para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores. Además, ELA celebró ayer una segunda manifestación en Iruñea.

En su discurso, Muñoz también criticó el “inhumano” acuerdo entre la Unión Europea y Turquía sobre los refugiados sirios y los convenios estatales firmados por CEOE, CCOO y UGT para “empobrecer” a los trabajadores vascos. También recordó la “potencialidad” de la alianza con LAB y apostó por “remover obstáculos” para recuperar la unidad de acción.