BILBAO - El secretario general del sindicato ELA, Adolfo Txiki Muñoz, no dejó ayer títere con cabeza en sus críticas a la práctica totalidad del espectro socio-político vasco y también del exterior. Con el objetivo de denunciar los ajustes presupuestarios, la centralización de la negociación colectiva o la política fiscal, el líder sindical arremetió contra todo y contra todos. El Gobierno Vasco del PNV, el Ejecutivo navarro del cambio con el apoyo de Geroa Bai, EH Bildu, Izquierda-Ezkerra y Podemos, las haciendas forales, el PSE-EE, la organización empresarial Confebask y la Unión Europea, entre otros, no se salvaron de las críticas del dirigente del sindicato vasco.

En un acto con la participación de miles de delegados del sindicato mayoritario vasco en el pabellón de La Casilla en Bilbao, el máximo responsable de ELA preguntó al lehendakari, Iñigo Urkullu, si le parece bien que “en sus ámbitos de responsabilidad se explote a los trabajadores”, a la vez que acusado al PNV de “aplicar la estatalización de la negociación colectiva al impulsar la devaluación de los salarios”.

Así, criticó al PNV y al PSE-EE por rechazar la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) de ELA para incluir ciertas cláusulas sociales en la contratación pública, algo que mereció del dirigente sindical el comentario de que “la prioridad del Gobierno Vasco es la ortodoxia neoliberal”.

Tampoco el nuevo Gobierno navarro del cambio que lidera Uxue Barkos y que ha sido posible gracias a fuerzas políticas de todo el espectro de centro-izquierda se libró de las críticas de ELA para el que la reforma fiscal navarra “no es el cambio político social” anunciado.

Por supuesto, la organización empresarial vasca Confebask, blanco habitual de las pullas dialécticas de Txiki Muñoz, tampoco quedó indemne. Según el secretario general de ELA, Confebask, “de un presupuesto de 2.726.000 euros, sólo 126.000 son cuotas de las empresas”, por lo que ELA no va a reconocer a una patronal que “carece de representación y se dedica a romper todas las reglas de juego”.

La aparición de los denominados papeles de Panamá, le dieron pie para hablar de la evasión de impuestos a través de paraísos fiscales y, de paso, criticar, a las haciendas forales y a la banca porque, según Muñoz, “no se puede hacer sin la colaboración de las Haciendas locales”, al renunciar a perseguir el fraude, y sin “la intermediación” de los grandes bancos.

Los reproches de Muñoz se extendieron también a las grandes empresas pues “la destrucción de empleo continúa” en compañías como Arcelor Mittal, Sacyr, Banco Santander o Kutxabank, donde se han perdido “1.400 empleos en los últimos dos años”, según sus datos. El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán también fue cuestionado por sus altas retribuciones, antes de denunciar que “España, sus leyes y sus míseros convenios nos empobrecen, pero esa es la apuesta de Confebask y la CEN, de CCOO y UGT, de MCC y del Gobierno vasco”. También se refirió a la “maldita UE” por el tema de los emigrantes y Turquía. - DNA