madrid - El Banco de España ha remodelado sus previsiones para la economía española en los próximos ejercicios, y su pronóstico difiere mucho del que diseña el Gobierno en funciones. Así, para este ejercicio, proyecta un agujero en las Cuentas Públicas del 4,4% del PIB, frente al objetivo pactado con Bruselas del 2,8%, una cifra que según aseguró el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sigue siendo válida. El servicio de estudios del BdE ha incluido la cifra de déficit que reveló el jueves el ministro, y que sitúan el roto en las Cuentas de 2015 en el 5,16%, casi un punto por encima de lo previsto. Este agujero, mayor de lo anunciado por el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, durante la campaña electoral, el organismo cree que si las cosas se quedan como están, esto es, sino se toman nuevas medidas, sería compatible con un crecimiento del 2,7%.
El Banco de España augura un bienio de expansión económica, con un aumento del PIB del 2,7% en 2016 y del 2,3% en 2017, pero con riesgos a la baja que son mayores ahora que hace unos meses y que tienen que ver con las dudas sobre las futuras políticas económicas que pueda poner en marcha el próximo Gobierno.
En su último boletín económico, que incluye una actualización de su previsiones para estos dos años, la entidad avanza también que la economía se desaceleró ligeramente en el primer trimestre, al crecer un 0,7% frente al 0,8% del trimestre precedente.
El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, explicó que esta ralentización no es achacable a la incertidumbre política, técnicamente complicada de medir, sino a la pérdida de impulso de factores que favorecieron el crecimiento en 2015.
Según las proyecciones del Banco de España, la economía se irá desacelerando a medida que pierdan fuerza algunas cuestiones de carácter transitorio como el abaratamiento del petróleo, la depreciación del euro durante 2015, la moderación de los costes de financiación o la rebaja fiscal del pasado ejercicio.
La desaceleración supone que la economía crecerá cinco décimas menos este año y cuatro décimas menos el siguiente, aunque ello es compatible con que se siga creando empleo a “tasas elevadas” (2,3% en 2016 y 1,9% en 2017), lo que permitirá bajar la tasa media de paro anual por debajo del 19% en 2017. No obstante, la entidad reconoce que hay peligros que pueden modificar a la baja estas proyecciones y que en el ámbito doméstico se traducen en una falta de Gobierno prolongada, puesto que las dudas sobre la política económica pueden incidir negativamente en las decisiones de gasto de familias y empresas, lo que puede tener una influencia significativa sobre el crecimiento.
En opinión del Banco de España, el riesgo solo se conjurará si se da prioridad al proceso de reducción del déficit público, “esencial para mantener la confianza”, y si se persevera en la aplicación de reformas estructurales que reduzcan las vulnerabilidades de la economía y permitan mejorar su capacidad de crecimiento. La entidad prevé que el déficit público en 2016 se sitúe en ese 4,4% del PIB y caiga hasta el 3,4% en 2017, porcentajes que superan el objetivo comprometido con Bruselas en el 2,8% del PIB para este año y el 1,4% para el siguiente.
En términos generales el crecimiento de la economía en 2016 y 2017 se apoyará en la persistencia de unos precios del petróleo reducidos, en una política monetaria expansiva, en la recuperación progresiva de los mercados de exportación y en el comportamiento favorable el mercado de trabajo. A lo largo del periodo de proyección, la expansión económica seguirá sustentada por la demanda nacional (consumo e inversión de familias y empresas), como viene ocurriendo desde el inicio de la recuperación.
En 2016 la aportación al crecimiento de la demanda nacional será de 2,9 puntos porcentuales, mientras que el sector exterior restará 0,2 puntos, y para 2017 la contribución de la demanda doméstica será de 2,4 puntos y la exterior restará una décima.
consumo Según la entidad, el consumo de los hogares mantendrá un dinamismo elevado (2,9% en 2016 y 2% en 2017), gracias a la buena evolución esperada del empleo y, en el corto plazo, a la caída del precio del crudo, mientras que la inversión empresarial se desacelerará por el debilitamiento transitorio de los mercados exterior y el fortalecimiento del euro.
El gasto en consumo de las administraciones públicas debería moderar su aumento en consonancia con los planes presupuestarios y en contraste con el elevado incremento de 2015.
En relación con el sector exterior, las exportaciones perderán empuje en el corto plazo, lo que se revertirá en el tramo final de este año y en 2017 conforme se recuperen los mercados exteriores.
En el ámbito exterior también hay riesgos que vienen dados por las debilidades que acechan al crecimiento mundial, sobre todo a algunos mercados emergentes, y por el aumento de las tensiones geopolíticas. - DNA/Efe
Déficit.
El Banco de España reconoce que la inesperada cifra de déficit en 2015 anunciada por Cristóbal Montoro introduce “sesgos a la baja” en el escenario de la economía.
El nuevo director del servicio de estudios del BdE afirma que no observa ningún elemento por el que se pudiera atribuir la desaceleración a la situación política.