MADRID. Abengoa ha presentado hoy en el Juzgado de lo Mercantil nº2 de Sevilla la solicitud de homologación del contrato de espera o "standstill" con el apoyo del 75,04 % de los acreedores financieros en busca de un plazo adicional para presentar el plan de reestructuración que evite el concurso.

El día en el que se cumplen los cuatro meses que otorga la ley desde la solicitud del preconcurso, Abengoa ha pedido un tiempo adicional -que la ley fija en siete meses- con el horizonte de tener listo el plan definitivo durante el próximo mes de abril.

En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Abengoa subraya que el apoyo logrado a este contrato supera las mayorías requeridas por la ley (60 %) en un 15,04 %.

La empresa, que solicitó el preconcurso de acreedores en noviembre del año pasado asfixiada por un fuerte endeudamiento, añade que a este contrato de espera podrán adherirse nuevos acreedores hasta la fecha en la que el juez se pronuncie, por lo que el porcentaje de apoyos podrá incrementarse en los próximos días.

El contrato permite a la compañía dejar en suspenso el ejercicio de determinados derechos de resolución y vencimiento anticipado de financiaciones.

En paralelo, Abengoa también presentará, como parte del proceso de reestructuración de la compañía, las solicitudes de Chapter 11, para aquellas sociedades que están presentes en EEUU, y Chapter 15 para todas las sociedades, con el objetivo de hacer extensiva la protección y homologación del acuerdo en este país.

"Este es un paso clave en el proceso de reestructuración de Abengoa y permite a la compañía llevar a cabo el Plan de Viabilidad ya aceptado por los acreedores financieros, retomar el negocio con estabilidad y proteger su posición de liderazgo en los sectores de energía y medioambiente", ha subrayado el grupo.

Asimismo, la compañía ha agradecido el apoyo recibido y la confianza depositada durante este tiempo por sus empleados, acreedores, proveedores, clientes o asesores.

Gracias a esta colaboración, ha añadido, será capaz "de garantizar un negocio sólido y un nuevo marco operativo estable, sobre el cual crear valor y maximizar su tecnología y su cartera, generando retorno económico para todos a largo plazo".

De hecho, ha subrayado que trabaja "intensamente" para cumplir con los objetivos establecidos en el redimensionamiento de la compañía, así como "para dotarla de la seguridad financiera necesaria y la gestión que permitan el desarrollo de su potencial operativo y financiero, así como su crecimiento y la generación de beneficios".

La reestructuración de la compañía dibuja una empresa más pequeña, centrada en la ingeniería y construcción, y que se desprenderá de una serie de activos no estratégicos, entre ellos la división de biocarburantes de primera generación.

De acuerdo con el plan acordado con sus principales acreedores, la nueva Abengoa necesitará en total una inyección de capital de entre 1.500 y 1.800 millones, que concederá a los nuevos acreedores el 55 % de la compañía, es decir, su control.

El 45 % restante del capital quedará también en manos de otros acreedores, entre ellos la banca, mientras que los actuales accionistas, entre los ellos la familia Benjumea, se quedarían con un 5 %.

Abengoa, que comunicó unas pérdidas de 1.213 millones en 2015, sumaba una deuda bruta de 9.395 millones de euros y pagos pendientes a proveedores por 4.379 millones.