gasteiz - El lehendakari, Iñigo Urkullu, y varios de sus consejeros se reunieron ayer con la cúpula de la patronal vasca para abordar cuestiones relacionadas con las necesidades de las empresas y la creación de empleo. El encuentro se produjo con la polémica sobre la decisión de Lakua de reducir el tiempo de trabajo de sus funcionarios aún fresca, una vuelta a las 35 horas muy criticada por Confebask y recurrida ante los tribunales por el Gobierno español en funciones. El lehendakari defendió la capacidad de la administración vasca de gestionar su plantilla y recordó que siempre ha habido diferencias entre el sector público y el privado. Estas condiciones y “garantías” en la administración, dijo, “vienen de atrás”.
La decisión del Gobierno Vasco de recuperar las 1.592 horas anuales de trabajo para sus 70.000 empleados y dar marcha atrás al incremento aprobado en 2013 y que suponía romper con las simbólicas 35 horas de trabajo no ha gustado a la dirección de la patronal, que sigue defendiendo fórmulas que permitan mejorar la productividad. Además, el Gobierno español en funciones de Mariano Rajoy ha llevado la decisión de la CAV de recuperar las 35 horas a los tribunales mediante un recurso de la Abogacía del Estado ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV).
La reacción del Estado ha generado un enorme malestar en Lakua. El Ejecutivo ve en este recurso, que coincide en el tiempo con el planteado a varios artículos de la Ley vasca de Vivienda, una nueva vuelta de tuerca en el afán recentralizador del PP. Al margen del recorrido judicial que pueda tener la maniobra del Estado, el lehendakari quiso salir ayer en defensa de la decisión tomada por el área de Función Pública tras reunirse con el presidente de Confebask, Roberto Larrañaga, y los máximos dirigentes empresariales territoriales. Ante los medios de comunicación, Urkullu dijo entender el planteamiento de la patronal pero recordó que las condiciones de trabajo en el sector público y en el privado “siempre han sido diferentes”, con una serie de derechos adquiridos en el caso de los funcionarios que “vienen de atrás”.
“Las condiciones no son las que nos hemos inventado nosotros”, señaló el lehendakari en referencia a la situación de los empleados públicos y a los acuerdos alcanzados con las centrales de la administración en años anteriores. Las 35 horas de trabajo se fijaron en la mesa general del sector público vasco en 2000, tal y como resaltan los sindicatos, si bien en 2013 el Ejecutivo vasco modificó al alza el tiempo de trabajo a raíz del decreto aprobado por Mariano Rajoy para elevar la jornada en las administraciones del Estado hasta 37,5 horas semanales. Lakua aplicó una subida suavizada de 22,5 horas en el conjunto del año, unas tres jornadas completas, una decisión a la que ahora ha dado marcha atrás una vez la situación presupuestaria lo ha permitido.
El lehendakari hizo hincapié ayer en el esfuerzo que han realizado los funcionarios vascos en los últimos años, y aunque reconoció también los ajustes aplicados en la empresa privada, defendió la capacidad de la administración de “gestionar nuestro ámbito directo de actuación” a partir de esos compromisos adquiridos con la plantilla y de otros condicionantes como las decisiones de carácter general que impone Madrid. Un mensaje que bien podría valer, más allá de los mandatarios de Confebask, como contestación al recurso planteado por el Estado español y que ha sido encajado por todo el gabinete de Iñigo Urkullu como un ataque al autogobierno.
Por parte de la patronal, Roberto Larrañaga no quiso ahondar en la brecha abierta entre Lakua y su organización después de que él mismo afirmara que la reducción de jornada en la administración era “un mal ejemplo” para la empresa privada. “Entiendo perfectamente los argumentos del lehendakari, pero nosotros tenemos otros y nos hubiera gustado que se hubiera hecho de otra forma”, señaló el presidente de los empresarios vascos dando aparentemente por cerrado el encontronazo. El propio lehendakari quiso situar el desencuentro con la patronal en un segundo plano y aclaró que el asunto ya había sido tratado previamente en privado.
crecimiento Sí hay más sintonía entre empresarios y Ejecutivo en la lectura sobre la situación económica. El lehendakari, que estuvo acompañado de los consejeros de Industria, Empleo y Educación, Arantxa Tapia, Ángel Toña y Cristina Uriarte, trasladó un mensaje de confianza en la industria vasca y defendió la capacidad del sector para reaccionar ante las crisis de Fagor o la vivida por el sector naval a cuenta de la anulación del tax lease.
A pesar de la situación que vive el acero vasco, subrayó que Euskadi va a seguir creciendo “décima a décima y puesto de trabajo a puesto de trabajo”, y recordó el objetivo de Lakua de reducir la tasa de desempleo para 2020 a menos del 10%. Preguntado por las críticas de ELA y LAB hacia la gestión del Gobierno de la crisis de las acerías, Urkullu aseguró que “algunos sindicatos” están “fuera de la realidad”.
El lehendakari repasó las tasas positivas de PIB y de creación de empleo que se han registrado en Euskadi en los últimos meses y los pronósticos de Confebask sobre las necesidades de mano de obra que tendrán las empresas este año. “Esta es la realidad y este es el mundo real”, sentenció.