Madrid - El gobernador del banco central de Bangladesh, Atiur Rahman, dimitió ayer y tres de sus directivos fueron apartados del cargo entre fuertes críticas tras sufrir en febrero este organismo el pirateo informático de 101 millones de dólares (unos 91 millones de euros) en su cuenta de la Reserva Federal de Nueva York (Fed).
La dimisión de Rahman fue aceptada por la primera ministra, Sheikh Hasina, en un encuentro que ambos mantuvieron en la oficina de la líder bangladesí en Dacca, según fuentes oficiales citadas por la agencia UNB.
El gobernador, que regresó el lunes de un viaje a la India, justificó ayer su silencio en los últimos días por buscar el “interés del país”, en su primera interacción con los medios a su vuelta, y equiparó el hackeo que mermó la cuenta del banco a “un ataque terrorista”. “Cualquier cosa que hice fue por el interés del país. No quería que el incidente creara pánico en el sector bancario”, afirmó Rahman.
Tras la dimisión del gobernador, el ministro de Finanzas del país asiático, Abul Maal A. Muhith, anunció también el despido de dos vicegobernadores del banco central, Naznin Sultana y Abul Kashem, según recoge el diario bangladesí Dhaka Tribune. Muhith ya había anunciado el pasado domingo acciones contra el banco tras calificar su gestión de “muy incompetente”.
Además, el Ministerio de Administración Pública bangladesí comunicó que el secretario de la División de Banca y Finanzas de la entidad, Aslam Alam, era designado “directivo en servicio especial”, lo que supone apartarle del cargo al destinarle a un puesto de menor rango.
La cuenta en la Fed del Banco de Bangladesh validó entre el 4 y el 6 de febrero transferencias a países asiáticos por valor de 101 millones de dólares, de los cuales 81 millones (unos 73 millones de euros) están aún fuera de su control, fundamentalmente en cuentas de Filipinas o canalizados a través de casinos.
Según trascendió posteriormente, el objetivo de los delicuentes informáticos era aún más ambicioso: su idea inicial era transferir los 951 millones de dólares (855 millones de euros) que figuraban en la cuenta del instituto emisor bangladesí en Nueva York. Solo un error tipográfico en una de las órdenes de transferencia disparó las alarmas y abortó la operación.
Algo menos de la mitad del dinero robado, 30 millones de dólares (unos 27 millones de euros), fue entregada en efectivo a un hombre de etnia china en la capital filipina, Manila, según informó un senador de aquel país al mando de las pesquisas. La trama fue destapada a finales de febrero por un diario filipino y el Banco responsabilizó inicialmente de la fuga de capital a entidades extranjeras.
Sin embargo, tanto la Reserva Federal como la compañía de mensajería financiera SWIFT respondieron que sus sistemas no se vieron comprometidos y que las transferencias se realizaron en base a los protocolos habituales de autentificación.
posible ataque interno Autoridades policiales y expertos informáticos en Bangladesh investigan ahora si se trató exclusivamente de un ciberataque externo o si los piratas se hicieron con las credenciales del banco central con algún tipo de colaboración interna.
El caso ha despertado el interés de bancos centrales y empresas de todo el mundo, que tratan de obtener más información sobre el procedimiento utilizado para tratar de encontrar posibles fugas en sus sistemas de seguridad y reducir así sus vulnerabilidades de seguridad, dado que el Banco de Bangladesh gestiona más de 28.000 millones de dólares en divisa extranjera en diferentes entidades bancarias del planeta.
El objetivo de Rahman al frente del banco era la lucha contra la pobreza. Pese a los importantes avances en las últimas décadas, el PIB per cápita de Bangladesh asciende a poco más de 1.500 dólares (20 veces menos que en España), el 40% de sus 150 millones de habitantes está por debajo del umbral de la pobreza, la mitad de la población es analfabeta y la mortalidad infantil es del 52%. - Efe