Gasteiz - El ladrillo no tiene una ACB con impacto mediático, pero los bajos precios de la licitación pública están dejando un preocupante reguero de despidos y de suspensiones temporales de empleo. Eurofire, Excavaciones Acero, Asfaltados Solano o Canalizaciones 2.000, entre otros, han presentado recientemente ERE con una duración de entre tres meses y un año.
Otras constructoras han comunicado a los sindicatos que están trabajando para no tener que recurrir a la suspensión de empleo y que confían en no tener que hacerlo, pero ya han dado el preaviso de siete días antes de la presentación del ERE.
En el peor de los casos, compañías como Exbasa, Sistemas Técnicos de Aislamiento o Viuda de Sáinz ya han tenido que recurrir a los despidos, mientras que Sacyr Vallehermoso acaba de anunciar que prescinde de un tercio de su plantilla en el Estado. Y otras constructoras, es el caso de Jauregizar, tienen muy limitado su margen de maniobra por hallarse en preconcurso y tener que asumir los compromisos adquiridos con los acreedores para evitar la quiebra.
Sumando todos estos apuntes se han producido en torno a un centenar de despidos los últimos meses y cerca de 200 trabajadores están en suspensión de empleo o a punto de entrar en esa espiral, que en algunos casos es una medida de ahorro a corto plazo para analizar la viabilidad del proyecto y decidir si se continúa con la actividad o si se cierra la compañía.
Son números menores en comparación con los 45.000 puestos de trabajo que ha perdido el sector en Euskadi desde 2007 y que, además, se compensa en términos estadísticos con el empleo que se genera en las subcontratas y las empresas de menor tamaño con salarios más bajos que pueden asumir las rebajas en las licitaciones. Sin embargo, la cascada de despidos y expedientes de suspensión pone de manifiesto la debilidad de la recuperación en el sector y está extendiendo como una mancha de aceite la precarización de las condiciones laborales de las subcontratas, obligadas a ajustar precios cada vez más.
Malas perspectivas Así lo denuncian desde la federación de la Construcción de ELA, cuyos responsables se están viendo obligados a moverse de empresa en empresa apagando fuegos en el arranque de este año. Comisiones Obreras también muestra su preocupación por la falta de inversión pública en el sector y ofrecerá hoy en una rueda de prensa sus propios datos.
“No hay trabajo, la situación está muy mal y lo peor es que en el horizonte no hay ningún indicio que permita ver las cosas de otra forma. En las empresas nos cuentan que están con la obra que han contratado, pero que no hay buenas perspectivas”, señala, Rogelio Cao, el responsable de Construcción de ELA en Ezkerraldea y Ezkumaldea.
Es un escenario que tiene eco en el conjunto de Euskadi, subraya el secretario general del sector de la Construcción vizcaíno de ELA, Josean Martin. “El sector está muy revuelto en general porque las rebajas en las licitaciones se producen en todo Euskal Herria”, subraya.
En esa línea, el secretario general de la patronal alavesa (SEA), Juan Ugarte advirtió ayer de que el sector de la Construcción y sus líneas afines -madera, instalaciones eléctricas, fontanería- atraviesan por una situación “delicada”. Según una encuesta interna, el 87% de las empresas del ladrillo estima que su mercado no mejora y que no lo va a hacer en los próximos meses.
La solución advierte ELA pasa por que la administración deje de “tirar los precios” de las licitaciones, pero también porque las propias constructoras vascas cierren filas y rechacen entrar en esa guerra de precios aceptando rebajar las condiciones económicas en los pliegos de contratación pública.