MADRID. Más de 40.000 folios y miles de empresas forman el complejísimo caso Rato, una maraña societaria que ha provocado que el juez que investiga la fortuna del exvicepresidente del Gobierno haya dado un ultimátum a Hacienda para que cierre su informe bajo amenaza de ser acusados de desobediencia.

A mediados del pasado noviembre, el juez instructor número 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal, instaba a la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF), dependiente del Ministerio de Hacienda, a entregarle los informes definitivos sobre el caso Rato antes de quince días, "con el expreso apercibimiento de incurrir en desobediencia en caso contrario".

Pero la ONIF ha reconocido sentirse desbordada por la cantidad de información que debe analizar. En concreto, cuenta con 40.000 folios numerados, sellados y firmados, además de lo que contienen 29 dispositivos electrónicos que incluyen servidores, ordenadores portátiles y de sobremesa, y lápices de memoria.

En total, 728,2 gigabytes, equivalentes a unos 729 camiones de documentos, argumento suficiente para no entregar un informe definitivo sobre el caso, tal y como le reprochaba el propio Rato, que manifestaba tras declarar el 20 de febrero su queja porque Hacienda no había sido capaz, diez meses después de registrar su domicilio, de concluir su trabajo.

La complejidad del caso ha obligado al juez a descartar algunas vías de investigación, como la de Naviera del Pilar, una sociedad opaca tras dos compañías holandesas y otra domiciliada en la isla caribeña de Curazao, que con toda probabilidad Rato y sus hermanos utilizaron para canalizar 1,3 millones de euros de los que no consta ni su origen ni su posible tributación, según la ONIF.

Pero el juez no se ha dado por satisfecho con las meras sospechas de Hacienda de que en esta sociedad radica el origen de la fortuna familiar, por lo que renuncia a investigar la Naviera del Pilar.

También se ha quedado por el camino Remo Advertising, la supuesta ganadora del concurso de publicidad para la salida a bolsa de Bankia que se habría amañado para concedérselo a Publicis y Zenith, y que reclamaba formar parte del caso como acusación.

Y es que el juez, que maneja un sumario de más de 5.000 folios, tiene material de sobra para desentrañar una investigación que comenzó "en 2011 o 2013", según la inspectora jefe de la ONIF, Margarita García-Valdecasas.

Dentro del entorno familiar, Hacienda cree que entre 2009 y 2014 la familia Rato -el exdirector general del FMI, su exmujer y actual presidenta de Paradores, Ángeles Alarcó, el hermano de ésta, Santiago, y los tres hijos del matrimonio- podrían haber efectuado movimientos de divisas sin tributar por importe de unos 12 millones de euros en Luxemburgo, Suiza, Gibraltar, Irlanda, Mónaco, los Países Bajos o Suazilandia.

Fuera del ámbito familiar y también fuera del "caso Bankia", que investiga la salida a bolsa de la entidad financiera o el uso de las tarjetas "black" de Caja Madrid, Rato está acusado de cinco delitos fiscales, blanqueo, corrupción entre particulares y ahora supuestamente también de administración desleal.

Todo ello porque el banco asesor de la salida a bolsa de Bankia, Lazard, concedió a Rato un préstamo en la época en la que era presidente de la entidad española y posteriormente le pagó cerca de 6,2 millones, supuestamente en concepto de indemnización ya que en el pasado había trabajado en el banco de inversión.

También, y entre las más de 40 sociedades directamente vinculadas con Rato, destaca Kradonara 2001, que recibió del extranjero 6,5 millones de euros de los que obtuvo algo más de 3 millones a través de su matriz Vivaway, firma constituida en el Reino Unido pero administrada desde el refugio fiscal de la isla de Guernsey.

A su vez, Vivaway recibió 2,5 millones entre 2013 y 2014 de la sociedad panameña Wescastle Corporation, con domicilio en Ginebra y reconocida por Rato en su declaración de bienes en el extranjero, así como algo más de 850.000 euros en 2012 y 2013 de la sociedad Red Rose, cuyo domicilio al parecer está en Bahamas.

Con todo este dinero, Kradonara, considerada el epicentro del entramado societario de Rato, mantuvo la mercantil alemana Bagerpleta GmbH, cuya única actividad es explotar el hotel Catalonia Berlin Mitte, situado en Berlín, en el que Rato posee un 50 %.

Además, a través de Kradonara, Rato cobró 833.000 euros procedentes de Albisa Inversiones, administrada por su presunto testaferro Alberto Portuondo, quien recibió dos millones de euros de Publicis y Zenith, empresas que se adjudicaron la campaña de publicidad de la salida a bolsa de Bankia.

Asimismo, entre 2013 y 2014 Kradonara recibió de Telefónica 726.000 euros, remuneración de Rato en su condición de miembro del consejo asesor de la operadora.