bilbao - La industria vasca produce más que el año pasado, a pesar de todos los nubarrones que se ciernen sobre el sector. En enero la actividad no acusó el parón de la energía y creció casi un 6% con un fuerte tirón de las plantas alavesas. La industria acelera con el mejor dato desde el pasado verano sin que los problemas que atraviesa el acero se contagien de momento al resto de ramas productivas: el material de transporte crece casi el 30% y la maquinaria un 17%, mientras el metal resiste en enero el empuje de la competencia china con un repunte del 3%.

La sombra del ERE planea sobre grandes plantas industriales vascas, pero por el sector ha salvado los primeros indicadores del año, tanto en lo que se refiere al nivel de actividad como a los números de empleo. Los datos hechos públicos ayer por Eustat dan cuenta de un buen inicio de año en el conjunto de la industria de la mano de los bienes de equipo y del consumo de productos duraderos como electrodomésticos o automóviles. Los bienes de equipo crecieron casi el 20% respecto a enero de 2015, lo que apunta a una clara recuperación de las inversiones en maquinaria por parte de los empresarios vascos, mientras que los intermedios, los utilizados en el proceso de producción, avanzan un 4,5% en un año.

El consumo mantiene el pulso y, como ha ocurrido en los dos años, continua siendo una pieza clave de la recuperación económica. Sobre todo crece la producción de bienes duraderos, más del 12%, con la rama de automoción en primera línea. El aumento en las matriculaciones ha sido continuo en los últimos años gracias al empujón de los incentivos públicos y la dinámica se ha mantuvo en enero, si bien esta semana el sector ha comunicado un comportamiento de las ventas plano en el mes de febrero. La actividad en la rama de productos no duraderos, por su parte, avanzó de forma más modesta en enero.

La radiografía de Eustat presenta una industria saludable o, al menos, en proceso de recuperación. De hecho, el sector no lograba un avance interanual de esta magnitud desde el pasado mes de julio, también en el entorno del 6%. El arranque del año contrasta con lo que ocurrió en 2015, con un crecimiento de solo tres décimas en enero y un resultado negativo en febrero, si bien la actividad se fue recuperando a lo largo del ejercicio. Con el incremento de enero, la actividad industrial encadena once meses al alza.

obstáculos El buen dato de enero, en cambio, no resta importancia a los obstáculos con los que se está encontrando la industria este año. Dos son los más acuciantes, que en realidad se retroalimentan: los bajos precios del petróleo y la caída del mercado del acero por la competencia asiática. El bajo precio del petróleo ha paralizado el sector del oil&gas y su efecto inmediato se nota en la actividad de las refinerías, pero también en las plantas que fabrican materiales para la extracción del crudo como ocurre con el grupo Tubos Reunidos, que ha puesto en marcha un ERE temporal en Trapagaran.

A pesar del incierto futuro al que se enfrentan las acerías vascas, en enero la rama metalúrgica creció un 2,7%, por debajo del ritmo al que se movía a finales del año pasado pero que le permite aguantar el tipo.

En todo caso, hay que recordar que la ACB detuvo su actividad en febrero, con lo que es probable que la estadística se resienta ese mes. La energía sí comienza el año en negativo con una caída de más del 10% propiciada por una menor actividad de refino y un fuerte descenso del 11% en la producción de energía eléctrica, que sigue mostrando un comportamiento muy irregular. El impacto de Petronor lastra a la industria vizcaína, que apenas logra un saldo favorable en enero de ocho décimas, mientras la alavesa se anota una subida de más del 15% y la guipuzcoana de más del 6%.