vitoria - La industria siderúrgica vasca no pasa por sus mejores momentos por la combinación de varios factores, entre los que destacan los bajos precios del acero por la incidencia de las importaciones de productos chinos, los elevados costes de la energía eléctrica, la reducción de las inversiones mundiales en el sector del petróleo y el gas, y el hundimiento de la construcción en España. El resultado de todo ello es que las acerías vascas sólo producen el 27% del acero elaborado en el conjunto del Estado español, con datos de 2015, cuando en los años previos a la crisis, 2007-2008, alcanzaban cerca del 40% del total.

El cierre de varias plantas siderúrgicas en Euskadi en estos años y la menor demanda ha hecho que la producción total de acero en la Comunidad Autónoma Vasca el pasado año sólo alcanzase los 4 millones de toneladas cuando en el conjunto del Estado español en el pasado ejercicio se produjeron 14,85 millones de toneladas, según los últimos datos de la patronal europea Eurofer. La producción total de acero en Europa (EU-28) alcanzó el último año los 166 millones de toneladas, de las que España aporta el 9% lo que le sitúa como el cuarto producto europeo aunque el ministro de Industria en el Gobierno del PP en funciones, José Manuel Soria, no se haya dado por enterado vista su inasistencia a la cumbre para tratar el tema de la competencia china.

Para hacerse una idea de la importante recesión del sector siderúrgico vasco en los años de la crisis hay que tener en cuenta que en 2008 las diferentes acerías existentes en Euskadi colaron 7 millones de toneladas, de ellas 6 millones de productos de acero común al carbono, 750.000 toneladas de aceros especiales y 200.000 toneladas de aceros inoxidables, los de mayor valor añadido. Y sólo las plantas vascas de Arcelor Mittal alcanzaron los 3,7 millones en dicho año, -cifra cercana a los 4 millones producidos entre todos los aceristas vascos en 2015-, cifra muy alejada de los 2,16 millones de toneladas vascas del grupo indio el pasado año.

Y si nos fijamos en 2007, la producción total vasca alcanzó los 8 millones de toneladas de acero, el doble que en el pasado 2015, cuando el total del Estado español llegó en dicho ejercicio a los 19 millones.

¿Por qué ha perdido peso la siderurgia vasca en el conjunto del Estado español? Los trece puntos perdidos, del 40 al 27%, en estos años tienen que ver con algunas especificidades vascas concretas.

La primera es que Euskadi, tras el cierre de Altos Hornos de Vizcaya, se había centrado en la producción de acero común para el sector de la construcción. La planta vizcaina de Nervacero, las plantas guipuzcoanas de Arcelor en Bergara, Zumarraga y Olaberria, y la antigua Marcial Ucín (Grupo Gallardo) estaban volcadas en elaborar productos cuyo destino era y es, fundamentalmente, el de la construcción que es el que peor ha evolucionado durante la crisis.

De hecho, la planta de Nervacero, del grupo catalán, Celsa, elaboró el pasado año unas 650.000 toneladas, cifra similar a la de 2014, pero muy lejos de los 1,1 millones de 2007.

Las plantas de aceros especiales, cuyos productos de más valor añadido tienen destinos como la maquinaria o el automóvil, han aguantado mejor. De hecho, Sidenor-Gerdau y Olarra, mantuvieron en 2015 las cifras de 2014; peor les ha ido a los productores de tubos de acero sin soldadura, Tubos Reunidos y Tubacex, que han notado la fuerte caída de la demanda en 2015 del sector de oil&gas. Pero en todo caso, su producción no es significativa en volumen porque en los mejores años de 2007-2008 apenas llegaba a las 500.000 toneladas en conjunto.

El otro elemento que perjudica al acero vasco, además del citado destino de buena parte de sus productos para la construcción, es que todas las acerías vascas existentes hoy en día son de horno eléctrico y los precios de la energía eléctrica en el Estado español son, de media, un 30% más altos que en países competidores como Alemania, que produce 42,6 millones de toneladas anuales de acero, o Francia, con 22 millones de toneladas de acero.

Y estos costes de la electricidad lastran especialmente a la Acería Compacta. La planta de ACB Sestao tiene que competir en la elaboración de bobinas de chapa en caliente dentro del grupo Arcelor Mittal con los hornos altos asturianos de la antigua Ensidesa. Y aunque la planta vasca se alimenta de chatarra -con lo que colabora con el reciclaje, la sostenibilidad y el medio ambiente- y los hornos altos asturianos elaboran el acero a través de mineral de hierro y carbón, estos se benefician, en la coyuntura actual, de unos costes de las materia primas más bajos y de no tener que abonar una factura eléctrica del calibre de la acería vizcaina. De ahí que la producción de la ACB ni siquiera alcanzase las 600.000 toneladas el pasado año cuando ha llegado a producir casi el triple.

Si a las desventajas de los costes energéticos se le suma que los dueños de las acerías vascas, salvo los de Tubacex y Tubos Reunidos, no son vascos y tienen -caso de los catalanes de Celsa-Nervacero, de los brasileños de Gerdau-Sidenor, de los anglo-indios, de Arcelor Mittal-ACB, y de los italianos de Roda-Olarra- intereses globales y mucho más cercanos a sus cuarteles, las perspectivas de la industria siderúrgica vasca no son las mejores salvo que se revierta la situación en lo tocante a costes energéticos y propiedad porque tecnológicamente sí son competitivas en Europa.

Mundo. La producción total de acero alcanzó los 1.598 millones de toneladas en 2015. China, con 803 millones, es el primer productor.

Europa. El pasado año en la Europa-28 se produjeron, según Eurofer, 166 millones de toneladas, 3 millones menos. Alemania, con 42,6 millones, lideró el mercado.

España. Las acerías del Estado colaron 14,8 millones de toneladas de acero en 2015.

4

millones de toneladas de acero salieron en 2015 de las acerías vascas de Gerdau-Sidenor, Arcelor Mittal, Celsa-Nervacero, Roda-Olarra, Tubos Reunidos, Tubacex y CAF. La cifra es un 3% inferior.