madrid - El Gobierno español está ocultando, según los agentes sociales, el efecto que las últimas reformas del sistema público de pensiones tendrán para los pensionistas en el horizonte del medio plazo en forma de recorte de la pensión media a percibir y que en la actualidad es de 1.033 euros mensuales pero un estudio de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) ha advertido de que las pensiones de los ciudadanos españoles serán hasta un 35% más bajas tras los cambios introducidos en los años 2011 y 2013, que han garantizado los ingresos del sistema público con el actual sistema de financiación.
En un análisis sobre la situación actual del sistema y las posibles alternativas realizado por Ignacio Zubiri (UPV-EHU), Funcas repasa las dos últimas reformas efectuadas que, a su parecer, “son poco más que una rebaja generalizada de las pensiones que afectan a todos sus elementos”.
Así, bajan la pensión inicial por el aumento del número de años para calcular la pensión, la reducción del peso en la pensión de cada año cotizado y el aumento en el número de años para obtener una pensión completa. Además, hay que tener en cuenta el aumento de la esperanza de vida en el Estado español.
Los cambios introducidos también hacen que la pensión se cobre durante dos años menos por el retraso de la edad de jubilación y reducen el valor de las pensiones tras la jubilación porque el índice de revalorización hará que las prestaciones crezcan por debajo de la inflación durante muchos años.
En concreto, el estudio de Funcas señala que la reforma de 2011 supondrá una rebaja media en la pensión vitalicia en torno al 20%, mientras la reforma del 2013 añadirá una pérdida adicional del 15% por la reducción de la pensión media nominal tras la jubilación. En este segundo caso, al principio se perderá poco, pero las pérdidas se irán acumulando.
En este contexto, Funcas lamenta que las reformas se hayan hecho sólo reduciendo las pensiones y sin aportar ningún recurso extra al sistema, lo que hace que los pensionistas futuros tengan que asumir el coste del envejecimiento de la sociedad cobrando prestaciones más bajas.
La baja inflación, según Funcas, ha ocultado las verdaderas implicaciones de estos cambios normativos que, además, se vendieron como “necesarios” para salir de la crisis, a pesar de que sus efectos tardarán años en apreciarse.
Por eso, apuesta por una nueva reforma que deshaga parte de las medidas adoptadas y que dote al sistema de recursos adicionales y garantice a los pensionistas una tasa mínima. Funcas se inclina por eliminar el factor de sostenibilidad y el índice de revalorización para sustituirlo de nuevo por el IPC. - E. P.
Más ingresos. Se necesitan ingresos adicionales que, según Funcas, pueden llegar por varias vías: impuestos, aumentos en tipos de cotización y otros ingresos. Funcas propone extender la jubilación a los 67 años, eliminar las anticipadas y establecer una pensión contributiva para cualquiera que haya cotizado.