VITORIA - Una de las asignaturas pendientes a la hora de profundizar en el autogobierno vasco es la transferencia de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social o, dicho en lenguaje coloquial, la transferencia de las pensiones.

En la última campaña electoral, el Gobierno Vasco que lidera el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha defendido la gestión en Euskadi de las pensiones de los ciudadanos vascos pese a reconocer las dificultades que atraviesa el sistema público de la Seguridad Social dado que los ingresos por las cotizaciones no cubren los gastos de las pensiones.

El Ejecutivo vasco considera que Euskadi, con menos paro que España, salarios más altos, un mejor rating, menor endeudamiento y una acreditada gestión financiera podría hacer frente mejor al déficit del sistema. Y esto es una realidad en los últimos años en la CAV. En 2005, las cotizaciones de trabajadores y empresas vascas sumaron un total de 4.963.667 millones y el pago de las pensiones alcanzó una cifra de 4.908.668 millones de euros, lo que dejó un superávit al sistema, el último hasta hoy, de casi 55 millones de euros.

En los últimos años el incremento de jubilaciones de personas con amplias carreras laborales y salarios altos ha hecho que el gasto en pensiones se eleve hasta los 7.887.970 euros (datos de 2014) mientras que las cotizaciones como fruto del menor número de cotizantes, por el alto paro, y del importe de las cotizaciones, por los menores salarios, se han quedado en sólo 5.888.040 euros, lo que significa que el sistema tiene un déficit de casi 2.000 millones de euros al año, una cantidad significativa teniendo en cuenta que el Presupuesto de la CAV suma 10.900 millones de euros. - X.A.