WASHINGTON - Estados Unidos subió el tipo de interés oficial por primera vez desde hace nueve años. El dinero seguirá barato, pero no gratis. La Reserva Federal, conocida como la Fed, el banco central estadounidense, anunció un incremento de un cuarto de punto, de la horquilla 0-0,25% pasa a 0,25-0,50% del tipo de interés oficial, según señaló Janet Yellen, la presidenta de esa institución con sede en Washington.

La subida de tipos de interés pondría punto final oficioso a la crisis financiera que estalló en 2008. En concreto, el comité que preside Janet Yellen observa una mejora “considerable” de las condiciones del mercado laboral estadounidense este año y, como elemento añadido, está “razonablemente confiado” en que la inflación alcanzará a medio plazo el objetivo del 2% pese a que la caída de precios de las materias primas y la desaceleración china propician un cierto proceso deflacionista.

Además, los responsables de la política monetaria norteamericana anunciaron en un comunicado emitido tras la reunión posibles nuevas subidas de tipos de interés en el futuro ya que espera que las condiciones económicas evolucionen de forma que garanticen alzas “graduales” de los tipos de interés, aunque considera “probable” que continúen a niveles más bajos que los esperados en el largo plazo.

Janet Yellen recalcó que la subida de tipos de interés en 25 puntos básicos supone “el fin de un periodo extraordinario” de siete años con tasas cercanas a cero. “Esta acción marca el final de un periodo extraordinario de siete años de tipos cerca de cero para apoyar la recuperación de la economía tras la peor crisis financiera y recesión desde la Gran Depresión”, afirmó Yellen. No obstante, agregó que, pese a la mejoría económica, todavía es necesario mantener el respaldo monetario.

Esta decisión coincide con la esperada por los mercados financieros, que apostaban por que la primera subida de tipos desde junio de 2006 se diese antes de que acabase el año, especialmente tras las últimas intervenciones públicas de Janet Yellen en las que destacaba la mejora de los datos de empleo e inflación.

Esta subida de tipos pone fin a la decisión adoptada por el anterior presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, que apostó en diciembre de 2008 por bajar los tipos de interés a mínimos históricos ante la grave situación de crisis económica que atravesaba el país tras la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers tras la situación generada con las denominadas hipotecas subprime.

La subida estaba anunciada desde hace meses para evitar una tensión excesiva en los mercados financieros internacionales y, en especial, en los países que puede resultar más afectados como pueden ser emergentes como Turquía, Brasil, Indonesia o Malasia.

Razones de la subida ¿Por qué la subida? Pues por lógica. Una vez que Estados Unidos ha salido de la crisis no tiene sentido mantener una política extraordinaria con tipos de interés próximos a cero desde hace más de seis años porque con el dinero barato y mucha liquidez se favorece el endeudamiento, la sobrevaloración de activos y las burbujas financieras.

Eso sí al subir los tipos de interés en un país tan seguro financieramente hablando como Estados Unidos muchos inversores optarán por mantener sus recursos concentrados en el dólar. Eso lo revaloriza frente al resto de monedas de referencia mundial. Y si, además, el movimiento de la Fed coincide con actuaciones de otros bancos centrales, como el europeo, en sentido contrario, el dólar estadounidense se apreciará más, por ejemplo frente al euro. Como hace más de un año que se espera la medida, de hecho el ajuste ya se ha ido produciendo y la moneda europea ha perdido un 12% de su valor frente al dólar en el último año.

El dólar se revaloriza ¿Qué pasa con un dólar más fuerte? Pues que el dinero saldrá de países emergentes hacia una moneda más rentable y segura devaluando las monedas locales. Esto será un problema para empresas o países endeudados en dólares porque les costará más hacer frente a sus compromisos financieros. Ello puede ralentizar aún más el crecimiento en países emergentes.

Los europeos tendrán que pagar más por los productos Made in USA, lo que lastraría las exportaciones estadounidenses porque se han encarecido y han perdido competitividad en el exterior. Ello implica, en teoría, que productos típicos americanos como los pantalones Levis o los Apple se encareciesen, al igual que las vacaciones de los europeos en países del área del dólar como los del Caribe.- DNA