vitoria - La industria vasca ha cogido ritmo de crucero este año, en el que un buen número de firmas del sector han anunciado nuevas inversiones. Pero trasladar el impulso de la actividad al terreno del empleo resulta siempre complicado. El año pasado la industria de la CAV perdió casi 3.000 trabajadores a pesar de que la producción ya empezó a crecer, una sangría en todo caso inferior a la de ejercicios anteriores. El esperado salto del empleo industrial a números positivos podría materializarse en 2015 ya que hasta noviembre la Seguridad Social contabiliza 1.500 afiliados más, una cifra en principio suficiente de cara a un posible retroceso por el parón de Navidad.

Al margen del resultado final sí se puede afirmar que la industria, el corazón de la economía vasca, ha logrado detener la destrucción de puestos de trabajo tras una larga crisis que se ha llevado por delante a más de una quinta parte de sus trabajadores. El sector manufacturero lleva perdiendo empleo de forma continuada desde 2008. A partir de ese año, en el que la ocupación se mantuvo más o menos estable, el número de trabajadores comienza a caer a plomo con algunos ejercicios especialmente negativos como 2012, con un descenso de más de 10.000 afiliados a la Seguridad Social, o 2009, donde según los datos de Eustat -los números de cotizantes no están desglosados por sectores- se perdieron más de 18.000 ocupaciones.

Euskadi cerró el pasado mes de noviembre con 175.298 afiliados a la Seguridad Social en el sector industrial, 405 más que en octubre y 1.515 más que a finales del año pasado. El margen parece suficientemente holgado y únicamente un descalabro en diciembre mantendría al sector un año más en números rojos. Aunque el último mes del año no suele ser amable para las cifras de empleo en las ramas más productivas, en diciembre del año pasado la pérdida quedó en el entorno de los 700 afiliados industriales, una magnitud que teniendo en cuenta la mejoría del contexto económico en principio no debería rebasarse este mes.

La dinámica de los últimos meses llama al optimismo, ya que en otoño la industria vasca ha recuperado las buenas sensaciones después del bache de agosto, que a su vez puso fin a un periodo de tres meses consecutivos con crecimiento de la ocupación. Los registros del Eustat también apuntan a un ligero crecimiento del número de trabajadores en las firmas fabriles hasta septiembre pese al mal arranque de año.

El empleo industrial está cerca por tanto de dejar atrás seis años de números negativos y confirmar un cambio de signo que por ahora estaba reservado al sector servicios. Aunque ya el año pasado la actividad industrial mostró síntomas de recuperación, plasmados a nivel laboral en un fuerte descenso de los ERE, ha sido en 2015 cuando la actividad ha despegado confirmando las buenas previsiones y tirando al fin de la contratación. Y eso que Euskadi está teniendo que afrontar el lastre que supone la caída del precio del petróleo, que está comprometiendo la cartera de pedidos de las empresas del sector energético. Las ramas metalúrgica, de maquinaria y sobre todo la automoción encabezan un crecimiento que ya supera el 3% interanual y que el pasado mes de octubre se disparaba hasta el 4,7%. La aceleración ha sido constante desde abril de 2014 con la sola excepción del retroceso sufrido el pasado mes de febrero.

El círculo virtuoso comienza a atraer nuevas inversiones concretadas en ampliaciones de instalaciones y aperturas de nuevos proyectos, como el que acaba de poner en marcha la multinacional francesa Veolia en el parque tecnológico de Zamudio. Firmas como Alstom, ITP o ThyssenKrupp han activado este año inversiones de peso en Euskadi.

De hecho, agentes económicos e institucionales coinciden en dibujar un futuro prometedor para el sector, sobre todo en los segmentos de mayor especialización y desarrollo tecnológico. El Gobierno vasco advertía hace unos días de que el despegue de la actividad en las factorías de Euskadi hará que en el plazo de dos años, incluso antes, falte personal con la formación necesaria para ciertos puestos.

Este es un aviso que ya vienen haciendo también algunas asociaciones empresariales, que piden convertir la Formación Profesional en una opción apetecible para los jóvenes. Aunque sea una consecuencia de la buena salud de la industria vasca, la patronal insiste en que para mantener el grado de competitividad es condición indispensable un modelo formativo adaptado a las necesidades de las empresas.

Industria. La industria vasca ha recuperado 1.515 afiliados a la Seguridad Social hasta noviembre, de forma que solo un severo retroceso en diciembre devolvería al sector a los números rojos. El año pasado la industria vasca perdió en diciembre 700 afiliados a la Seguridad Social por el tradicional parón de la actividad en Navidad. El sector ha perdido empleo todos los años a partir de 2008.

Construcción. Tras sufrir un revés en la crisis mucho más grave que el de la industria, el empleo en la construcción ha crecido en casi medio millar de afiliados hasta noviembre, lo que augura un balance neutro a final de año. En todo caso la evolución en lo que va de 2015 es mucho mejor que la del año pasado.