Los comerciantes del pequeño pueblo galés de Crickhowell han tramado una rebelión para imitar las controvertidas tácticas contables de las multinacionales: dejar de pagar impuestos en el Reino Unido y comenzar a tributar en paraísos fiscales. Pretenden explotar una brecha legal similar a la que permitió a Amazon pagar el año pasado 11,9 millones de libras en impuestos en el Reino Unido (16,7 millones de euros), a pesar de haber registrado ventas de compradores británicos por valor de 5.300 millones de libras (7.470 millones de euros) a través de su filial en Luxemburgo.
Cansados de lo que consideran un agravio para sus negocios, el grupo de tenderos galeses, que incluye a los dueños de la cafetería local, la librería, la óptica y la panadería del pueblo, han advertido a la Hacienda británica de que piensan aprovechar esos mismos mecanismos de ingeniería fiscal. “Nos quedamos de piedra cuando descubrimos que el beneficio que generan las personas que trabajan duro en muchas grandes cadenas del Reino Unido no se declaran aquí”, dijo la dueña del ahumadero de salmón local, Jo Carthew, a la BBC, que está rodando un documental sobre la aventura que han emprendido los comerciantes de este pueblo de apenas 2.000 habitantes.
“Nosotros queremos pagar impuestos, porque utilizamos las escuelas y los hospitales, pero queremos que cambie la ley, que todo el mundo pague lo que es justo”, subraya Carthew. Gran parte de los empresarios de la localidad se han unido para diseñar un plan contable que saque partido de acuerdos extraterritoriales para declarar sus ganancias en países con legislaciones tributarias más laxas.
El enfado de los comerciantes galeses llega tras meses de polémica en el Reino Unido por las prácticas financieras de compañías como Facebook, que abonó 4.327 libras (6.100 euros) a las arcas británicas en 2014 por impuestos de sociedades -más de lo que pagó un trabajador medio en el Reino Unido (5.393 libras o 7.232 euros)- aunque ingresó unos 100 millones de libras (141 millones de euros) en el ejercicio. Las multinacionales explotan métodos contables perfectamente legales pero contra los que el ministro británico de Economía, George Osborne, ya ha anunciado medidas.
una brecha de 34.000 millones Según las cifras que publicó en octubre el Gobierno del Reino Unido, la brecha entre los impuestos que recauda el Estado y los que debería recaudar si se atendiera estrictamente a los beneficios de las empresas ascendió en el último ejercicio a 34.000 millones de libras (47.940 millones de euros). Los comerciantes de Crickhowell hablan de su plan como una medida de presión para que el Ejecutivo tome medidas más agresivas contra las grandes compañías, y amenazan con divulgar los detalles de su método financiero para que otras agrupaciones de empresarios puedan eludir igualmente los impuestos británicos. “Si no actúan, esto podría extenderse a otros pueblos. Todo lo que hemos propuesto es legal”, declaró Carthew.
“Hasta ahora, estos trucos complejos para utilizar los paraísos fiscales solo estaban al alcance de multinacionales que se pueden permitir pagar las minutas de los abogados. Pero nos hemos unido y hemos encontrado un modo de imitar a aquellos que eluden los impuestos. Es un plan muy inteligente”, reflexionó la dueña del ahumadero de Crickhowell.
Los comerciantes ya han puesto sobre aviso de sus planes a las autoridades fiscales británicas, que han emitido un comunicado para salir al paso de la situación. La Hacienda del Reino Unido “hace cumplir las leyes tributarias con justicia en todas partes, sin importar el tamaño o la estructura de cada empresa”, señaló este organismo. “Siempre estamos dispuestos a dar consejo y apoyo a los contribuyentes que quieren cumplir las normas. El Gobierno defiende claramente que las multinacionales deben pagar su parte equitativa en impuestos, por lo que ha aprobado nuevas leyes para evitar que desvíen sus beneficios”, subrayaron las autoridades británicas.