madrid - La empresa de ingeniería y energía Abengoa, que el miércoles presentó el preconcurso de acreedores, remodeló ayer su cúpula directiva en un entorno convulso en el que el mundo político se volcó en reclamar una solución para la compañía. Gobierno, oposición y Junta de Andalucía insisten en la necesidad de lograr que el grupo sevillano salve el concurso, para lo que ponen el foco en la banca acreedora, mientras que pierde fuelle la vía de intervenir la empresa apuntada el jueves por Izquierda Unida y UGT.

El torbellino en el que vive Abengoa desde hace un año, y muy especialmente en los últimos tres días, dinamitó ayer su estructura directiva, que se remodela por tercera vez en los últimos seis meses. El poder ejecutivo se concentrará a partir de ahora en el presidente, José Domínguez Abascal, que asume todas las facultades permitidas por la ley solo dos meses después de ser nombrado presidente no ejecutivo, en sustitución del histórico Felipe Benjumea.

También tendrá carácter ejecutivo el nuevo consejero y director general del grupo, el hasta ahora presidente de Abengoa México Joaquín Fernández de Piérola, que, no obstante, no será consejero delegado. Este cargo se suprime tras la renuncia de quien lo ha ocupado desde mayo, Santiago Seage, que se dedicará a la gestión de la filial cotizada en EEUU.

RENEGOCIACIÓN DE LA DEUDA Este nuevo equipo tendrá que afrontar durante los próximos cuatro meses -el espacio temporal que concede el preconcurso de acreedores- la renegociación con los bancos de un endeudamiento “muy, muy, muy, muy elevado”, en palabras del ministro de Economía, Luis de Guindos. Éste cifró la exposición pública a la compañía -a través del Ico, Cofides y Cesce- en 415 millones y subrayó que ahora la prioridad es conocer la situación contable de la compañía.

Descartado un rescate público de la empresa, las miradas están ahora puestas en la banca, mientras políticos y sindicatos piden salvar un grupo que tiene 25.000 empleados. Mientras tanto, en el mercado, los especuladores auparon ayer la cotización, lo que permitía a las acciones repuntar un 15,8% en su primer día fuera del Ibex 35 y poner fin a dos días de fuertes caídas en los que se dejó más de un 70% de su valor. - Efe