bruselas - El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se empeña en vender la recuperación económica como uno de los grandes logros de su legislatura, pero los datos de la Comisión Europea continúan barriendo su optimismo. Según las nuevas previsiones económicas de otoño, el agujero en las cuentas públicas será todavía mayor del pronosticado hace menos de un mes. España cerrará 2015 con un déficit público del 4,7%, medio punto por encima de la meta pactada con la UE, y del 3,6% en 2016, ocho décimas más que lo acordado. Esto significa que el nuevo Gobierno que salga de las urnas el 20 de diciembre no solo tendrá que revisar el presupuesto alumbrado in extremis por el PP para el próximo año, también tendrá que hacer importantes ajustes para devolver la estabilidad las cuentas públicas españolas.

Los nuevos datos engordan todavía más los números rojos anunciados por la Comisión el 12 de octubre cuando el comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici, anunció un desvío del 4,5% para este año y del 3,5% para el próximo sobre la base de un análisis macroeconómico ad hoc de las cuentas españolas para evaluar el borrador de presupuesto. Desde entonces la situación ha empeorado y aunque la razón es puramente estadística supone un nuevo golpe a la línea de flotación del equipo de Rajoy.

Son dos, según el informe comunitario, los factores que explican este desvío adicional. Para empezar la revisión al alza de una décima del déficit de 2014 -del 5,8 al 5,9%- debido a la rebaja del PIB ese año, y en segundo lugar la reclasificación de un gasto de más de 1.500 millones realizado por la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Zaragoza, y que Eurostat ha obligado ahora a imputar con cargo al ejercicio de 2015 y que supone un 0,15% del PIB. El agujero, en todo caso, podría ser todavía más alto si no hay una mayor contención del gasto en las comunidades autónomas.

el gasto autonómico “Los riesgos a esta previsión de déficit derivan del grado de restricción en el gasto, principalmente a nivel de comunidades autónomas”, alerta el análisis poniendo negro sobre blanco el temor que sigue existiendo en Bruselas a que el gasto de gobiernos autonómicos y corporaciones locales, y que supone el 49% del gasto total, desvíe todavía más los números. “Es difícil que las comunidades autónomas cumplan pero también la Seguridad Social”, advierten fuentes del Ejecutivo comunitario eludiendo valorar los datos de ejecución pero admitiendo que el gobierno español tampoco está haciendo el ajuste fiscal que debería.

El déficit público no es el único dato que Bruselas echa por tierra. Aunque la economía española será una de las grandes del euro que más crezcan, la Comisión sigue insistiendo en que crecerá menos de los que pronostica el Ejecutivo español: un 3,1% en 2015 y un 2,7% en 2016 frente al 3,3% y 3% que maneja Moncloa. El análisis corrobora que la economía seguirá impulsada por la demanda interna, el entorno de baja inflación, la bajada del IRPF, unas exportaciones que seguirán ganando terreno, un repunte de la construcción, incluida la inversión residencial, y la ligera mejoría del mercado laboral. De hecho, aunque se creará empleo el paro seguirá duplicando la media de la UE con una tasa del 22,3% a finales de 2015, del 20,5% en 2016 y del 19% en 2017. La deuda pública también seguirá disparada por encima del 100% hasta 2017.