vitoria - Los problemas que atraviesan dos de las grandes economías mundiales, China y Brasil, han avivado el fantasma de la recaída en la recesión en medio mundo. Estados Unidos ha dado marcha atrás a la decisión de subir ya sus tipos de interés y Europa, que cuenta con la constante labor de centinela de Alemania, mira de reojo sobre todo la compleja evolución del gigante asiático, atascado en pleno proceso de reorientación de su economía.

El gabinete de estudios de Laboral Kutxa advirtió el pasado jueves del riesgo de que la economía mundial se frene a causa de China. Otros analistas son más optimistas y estiman que el peligro es menor.

¿Qué piensan los exportadores? ¿Ha sonado ya la alarma para las empresas vascas? ¿Están viendo los nubarrones que preceden a la tormenta? El director de Internacionalización de la Cámara de Comercio de Bilbao, José Luis Gil, considera que el trabajo de diversificación de mercados realizado durante la crisis blinda hasta cierto punto a los exportadores de la CAV ante un chaparrón que podría no pasar a mayores.

“Hay que estar alerta, pero no hay una gran preocupación por lo que está ocurriendo. Tenemos que acostumbrarnos a vivir en un mundo en el que mercados que están funcionando ahora, pueden tener problemas en el futuro por una recesión o su situación política”, sostiene Gil.

Para conseguirlo, la cesta de los mercados internacionales de las compañías tiene que ser lo más amplia posible, lo que implica que hay que seguir intensificando la diversificación de los destinos de las ventas exteriores.

Los datos están avalando esa dinámica. Las empresas vascas han exportado mercancías por valor de 12.795 millones de euros, prácticamente la misma cantidad, un 0,1% más que el año pasado, a pesar de que las ventas a China y Brasil han caído más de un 65%.

El comercio internacional vasco está superando la prueba de las turbulencias chinas y brasileñas gracias al crecimiento en otros mercados y a dos grandes aliados, el bajo precio del petróleo y la depreciación del euro respecto al dólar, la moneda referencia de la exportación.

A día de hoy, Euskadi todavía tiene “potencial de crecimiento”, pero el responsable de internacionalización de la Cámara de Comercio de Bilbao advierte de que la evolución futura dependerá sobre todo de cómo se comporten los principales mercados

de las empresas vascas, Europa y EEUU. “Si esos países siguen bien, Euskadi seguirá en la senda positiva, porque solo nos llegará el impacto indirecto de lo que está pasando en Brasil y China. Pero si Europa y Estados Unidos se estancan, se producirá a su vez un estancamiento del comercio exterior vasco. Y si la situación empeora en esos mercados, también bajarán las ventas de las empresas de la CAV”, subraya. China es hoy el noveno destino del comercio exterior vasco. Fuera de Europa solo se vende más en EEUU. Sin embargo, en porcentaje, las mercancías vascas que viajan hacia el país asiático solo suponen un 2,85% del tráfico total de la CAV.

impacto directo En principio no es un nivel preocupante, otra cuestión es el impacto directo, que puede llegar por dos vías. Alemania, Francia y Holanda, los grandes destinos europeos de la exportación vasca, son proveedores de maquinaria de las empresas chinas. Muchas de esas máquinas llevan componentes vascos, por lo que un parón brusco de China tendría efectos casi inmediatos en la cartera de pedidos, explica Gil. En cualquier caso, esa opción parece lejana, porque la economía china continúa creciendo, aunque lo haga a menor ritmo y por debajo de las previsiones. A juicio del director de comercio exterior de la Cámara de Bilbao, la segunda posibilidad de que la economía vasca reciba un golpe directo por los problemas chinos sería a través de una hipotética bajada de precios generalizada de los productos made in China, el temido dumping.

“China es productor y exportador neto, si se para puede volverse terriblemente agresivo a la hora de vender sus productos fuera tirando los precios. Cuando están hasta el cuello de stock, lo venden como sea. Eso ya se está notando en algunos productos, como la siderurgia”, explica.

Si las empresas chinas inundan el mercado con sus productos a bajo coste, Europa no tendrá mucho margen de maniobra, porque China, previsiblemente, respondería con movimientos arancelarios a cualquier medida antidumping que se active desde Bruselas. Tampoco parece probable en cualquier caso que se llegue a esa situación, porque el gobierno chino está reorganizando su economía para darle un mayor protagonismo al consumo interno y tendría un gran mercado en casa para deshacerse de los stocks.

La dimensión de la segunda economía del mundo está condicionando ese cambio de escenario. “Lo que se está haciendo en China, incentivar la demanda interna, tiene toda la lógica. Lo que pasa es que es un gigante que tiene mucha inercia, es un superpetrolero que cuando quiere cambiar la velocidad tiene que tomarse su tiempo. No soy un gran experto en China, pero no anticipo grandes problemas, esta gente se lo está tomando en serio”, argumenta. Tampoco existe una preocupación desmedida en los puentes de mando de las empresas. La Cámara bilbaína no está recibiendo más llamadas de lo

habitual preguntando por cuestiones relacionadas con el mercado chino. Además, la relación de Euskadi con ese país protege a las compañías vascas ante situaciones de estancamiento de las importaciones.

de china a brasil Según recuerda José Luis Gil, la mayor parte de las operaciones vascas en China son inversiones de empresas de “relevancia” que se han implantado en el país para suministrar al mercado interno. Lo que, unido a que gran parte del comercio vasco está ligado a los componentes de maquinaria que será necesaria a medio plazo para impulsar el cambio de esquema económico, alimenta las expectativas de las compañías. Sobre el papel el problema chino, si no va a más, tendrá un efecto relativo. Otra cosa es la lectura que se realiza en el otro extremo del atlas, cuando el análisis se desplaza de China hacia Brasil.

La economía brasileña “preocupa más porque el efecto regional es mayor”. El contagio a otros países del cono Sur americano es una amenaza latente para la industria vasca.

Brasil está “volcado en la manufactura” y si su economía no remonta en un plazo aceptable de tiempo “las empresas brasileñas van a inundar todo el mercado con sus productos al precio que sea”. En ese caso, las empresas vascas se verán afectadas en países como Chile, Colombia, Perú o México. “Son mercados importantes porque las empresas que están allí pueden sufrir, y son bastantes, muchas de ellas ligadas a la automoción o a la energía”, asegura Gil.

Los efectos de mayor calado serán indirectos. Brasil es el tercer mercado vasco fuera de la UE, el décimo en el ránking global. Sin embargo, el comercio está muy ligado a las empresas que están localizadas allí. Hace tres años concentraba el 3% de las exportaciones vascas y hoy solo el 1,9%, es un mercado que ha pasado a segundo plano en volumen, aunque sigue en los primeros puestos del ránking precisamente debido a la diversificación de la cesta del comercio exterior vasco.

A diferencia de China, el Producto Interior Bruto brasileño está cayendo después de “años gloriosos” fruto de las reformas y de las políticas de impulso económico. “Si te duermes la economía se para”, lamenta el director de Internacionalización de la Cámara en referencia a los últimos gobiernos del país sudamericano.

Habrá que esperar para calibrar la intensidad del contagio en la zona, pero el virus de la recesión brasileña ya está afectando a las empresas vascas implantadas, que han hecho un notable esfuerzo para sortear los obstáculos de ese mercado y pueden ver cómo sus inversiones se empantanan en el fango de la crisis.

“Brasil es una economía muy particular. Es muy grande, pero autárquica, muy cerrada, que busca autoabastecerse con su producción interna. Conseguir vender desde fuera es complicadísimo y además ellos lo fomentan”, describe.

No solo hay “trabas burocráticas”, también hay problemas en los puertos que son muy conflictivos y en los que las tramas de corrupción son una constante. A efectos prácticos, las empresas que se instalan en Brasil “se convierten en brasileñas para lo bueno y para lo malo, porque es una economía que tiene su propia dinámica: Crece y se aprovechan las empresas internas, cae y daña a las empresas”.

Lo más interesante es que la receta ante los síntomas de tormenta es incidir en la diversificación de destinos, el camino por el que ya transitan los exportadores vascos.

La caída del comercio exterior a Brasil (-68%) en lo que va de año es muy similar a la de las ventas a China. La cifra de este año ronda los 180 millones, mientras que en 2014 se vendieron mercancías por valor de más de 268 millones.

A pesar del desplome del comercio exterior con Brasil y China, la diversificación de los destinos ha permitido a los exportadores vascos realizar hasta julio operaciones por valor de 12.795,6 millones de euros, un 0,1% (15 millones) más que en los siete primeros meses del año pasado.

El empuje de la maquinaria y del automóvil. El sector de bienes de equipo y la automoción están liderando el ligero crecimiento en las ventas. Las empresas vascas han exportado 1.932 millones en productos relacionados con el sector del automóvil. Son 158 millones más que el año pasado. Mientras que las ventas de maquinaria rondan los 4.772 millones, 282 millones más.