Madrid - Las familias continúan reduciendo su nivel de endeudamiento, que alcanzó su máximo histórico en el Estado a finales de 2008. Durante los años del boom previo a las crisis, los créditos al consumo y los préstamos hipotecarios se dispararon, pero la situación cambió radicalmente cuando empezaron a notarse los efectos de la recesión.

La recuperación está cambiando el panorama poco a poco. Los créditos a los hogares que no están vinculados con la concesión de vivienda -básicamente los de consumo- crecieron el pasado mes de julio, por primera vez desde hace cuatro años. En concreto, el saldo vivo de este tipo de créditos alcanzó los 161.447 millones de euros ese mes, con un testimonial incremento interanual del 0,1%.

En el computo global, la deuda de las familias cayó en julio en 8.942 millones respecto a junio, hasta los 733.239 millones, lo que supone un ligero descenso del 1,2% que prosigue la tendencia de caída que comenzó en diciembre del pasado año, según datos del Banco de España.

Con este nuevo descenso, la deuda de los hogares españoles se sitúa en niveles de agosto de 2006, previos al inicio de la crisis económica, que ha llevado a las familias a ir reduciendo paulatinamente los préstamos contraídos. El descenso del endeudamiento de las familias en julio se debe, principalmente, a la caída de los préstamos para adquisición de vivienda, que disminuyeron un 0,44% respecto al mes anterior, hasta los 571.791 millones de euros. Respecto a julio de 2014 disminuyeron un 3,6%.

A pesar de la caída de la inversión de los hogares en vivienda durante los últimos años, el importe que las familias destinan a su hogar sigue ocupando la mayor parte de su endeudamiento, ya que supone el 77,9% del mismo.

Por su parte, la deuda de las empresas registró un descenso interanual en julio del 5,1% hasta situarse en 941.345 millones de euros. - dNA