bilbao - Euskaltel conmemora su 20 aniversario dando el salto a la bolsa, un hito que permitirá a la compañía contar con el respaldo financiero que necesita para seguir creciendo. Tras recibir el viernes el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la empresa vasca de telecomunicaciones iniciará el próximo 1 de julio, dos días antes de cumplir dos décadas de vida, una nueva fase de expansión en la que se mantendrá anclada a Euskadi a través de Kutxabank, que conservará el 30% de sus acciones.
“Vamos creciendo como el país, avanzando juntos en el desarrollo tecnológico. Euskadi es una de las comunidades con mayor penetración en banda ancha y tiene una empresa que ha sido pionera y ha apostado por desplegar su red aquí”. La frase de un directivo de Euskaltel resume la filosofía de la empresa a escasos días de dar un paso fundamental en su desarrollo como lo será el debut en el parqué el próximo 1 de julio.
En ese momento, el accionariado será radicalmente diferente al de su nacimiento. Gobierno Vasco, las tres cajas de ahorro de la CAV, Iberdrola, Endesa y la Corporación Mondragón lanzaron el proyecto en 1995 con la vocación de dinamizar la implantación en la CAV de las tecnologías de la información y la comunicación. Las TIC, que entonces se intuían como una oportunidad, pero que estaban muy lejos de ser algo tangible y que, desde luego, no formaban parte de la vida diaria de las empresas y mucho menos de las personas.
La revolución habría llegado en cualquier caso a Euskadi, pero Euskaltel ha propiciado un marco de competencia muy dinámico en la oferta de productos de las compañías. “Quien ha querido buscarse un hueco aquí ha tenido que ir más allá de la guerra de precios, porque había un rival que contaba con dos ventajas de partida: ser una empresa con un amplio catálogo de servicios y además tener un arraigo muy fuerte con el territorio”, sostienen fuentes del sector.
Ese competidor aventajado es Euskaltel. Pionero en el Estado en cuanto a su oferta -fue el primer operador convergente (telefonía móvil y fija, internet y televisión)- rompió el monopolio de Telefónica en enero de 1998 aprovechando la liberalización del sector. Durante tres cuartos de siglo la compañía pública no había tenido competencia y en diez años Euskaltel pasó a ser el cuarto operador en ingresos a pesar de que solo daba servicio en Euskadi.
Si la primera década tuvo como hito el desembarco en Nafarroa, la segunda trae consigo la salida a bolsa. Una nueva frontera que dará a la compañía la solidez financiera que necesita para hacer frente al reto del crecimiento orgánico y su implantación en el resto de la cornisa cantábrica. La oferta de venta de sus acciones a grandes grupos de inversión permitirá a la compañía tener músculo para entrar en el capital de Telecable, la compañía asturiana que ofrece el servicio integral de Euskaltel en el principado. O buscar una operación similar con R, el operador independiente de telecomunicaciones de Galicia.
La principal opción es Telecable, una compañía que interesa en la casa naranja y por la que previsiblemente se pujará el próximo año.
El operador de telecomunicaciones sopla sus primeras veinte velas con unas expectativas de crecimiento inmejorables y un presente sobresaliente. Ofrece a sus clientes internet sobre fibra óptica, 350 megas, 50 más que sus competidores más cercanos. Acaba de firmar un acuerdo con Orange para suministrar el servicio 4G de móviles, y cerró el año pasado una alianza con el fabricante chino de teléfonos celulares para la migración tecnológica de sus redes hacia los servicios IP -comunicación de voz, datos y videos-, lo que ensanchará los horizontes de sus clientes.
Son operaciones que refuerzan su perfil tecnológico que al mismo tiempo refuerza su complicidad con el desarrollo económico de Euskadi, porque ZTE ha instalado su sede para toda Europa en el Parque Tecnológico de Zamudio. El arraigo a Euskadi es una de las señas de identidad de Euskaltel, que mantendrá tras la salida a bolsa ya que Kutxabank conservará al menos un 30,1% del accionariado. Una vocación de permanencia que Euskaltel premiará a través de un reparto de dividendo extraordinario que irá destinado a la obra social de las fundaciones bancarias que integran el banco vasco.