madrd - El empresario jerezano José María Ruiz Mateos se encontró ayer en situación de busca y captura al no comparecer, de forma injustificada, en un juicio en Valladolid en el que tanto él como su hijo José María Ruiz Mateos Rivero y una supuesta testaferro tenían que responder de dos delitos fiscales cometidos en 2009 y cuya cuantía superaría los 8 millones de euros. Las correspondientes órdenes de busca y captura fueron libradas por el juez de Penal número 1 de Valladolid, Álvaro de Aza, tras suspender la vista fijada hasta el día 20 de octubre, y ello a pesar de que el letrado del fundador de Rumasa alegara motivos médicos para excusar su incomparecencia y asegurara que su cliente había tenido que ser ingresado de urgencia en la UCI del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid. La ausencia del empresario ha obligado a suspender el proceso, con la conformidad de todas las partes, toda vez que es absolutamente imprescindible que el procesado asista al juicio cuando la pena solicitada para él supera los dos años, como es este el caso.
largo historial En cualquier caso, esta no es la primera vez que Ruiz Mateos no se presenta a un juzgado y tiene que ser detenido por la Policía posteriormente desde que empezó su historia de desencuentros con la Justicia en 1983.
En verano de 2102 la Policía fue a su casa en Somosaguas en cumplimiento de la orden de arresto que dictó la jueza de Palma que le investigaba por una supuesta estafa en la venta de un hotel.
La batalla del empresario con la Justicia comenzó el 23 de febrero de 1983, cuando el Gobierno expropió el grupo empresarial Rumasa, propiedad de Ruiz-Mateos, quien convirtió en un espectáculo muchas de sus comparecencias antes los tribunales.
La más sonada aconteció en 1988 cuando tras negarse a declarar en la Audiencia Nacional e insultar al fiscal se fugó disfrazado con peluca y gabardina para acabar detenido en Lepe (Huelva). El siguiente año Ruiz Mateos agredió al ex-ministro Miguel Boyer a la salida de un juzgado de Madrid. - DNA-E.P.