bilbao - En el tiempo que lleva como consejero, apenas dos meses, Ángel Toña no ha ocultado un claro perfil social que le ha reportado algunas críticas de las organizaciones empresariales. Ayer el titular vasco de Empleo se refirió a la reforma laboral del PP, un asunto que divide a empresarios y sindicatos, y volvió a mostrarse más próximo a las tesis de estos últimos. En unas jornadas organizadas por UGT, Toña criticó con dureza la reforma porque es “totalmente incapaz de crear empleo de calidad” y “ha desequilibrado” las relaciones laborales en contra de los intereses de los trabajadores.
No es un discurso nuevo en el Ejecutivo de Iñigo Urkullu, de hecho el propio lehendakari ha lamentado que la reforma aprobada en 2012 no ha servido para crear empleo y también el exconsejero Juan Mari Aburto indicó en más de una ocasión antes de dejar el cargo que la reforma “no nos gusta” -el PNV votó en contra de la nueva regulación laboral en el Congreso-. Toña mantiene la postura de su predecesor en un momento en el que tanto desde el PP como desde instancias empresariales y organismos macroeconómicos se vincula la leve mejoría del empleo a las medidas impulsadas por Madrid -ayer el BCE volvió a pedir que se abarate aún más el despido-.
El consejero de Empleo desmintió esta ecuación y recordó el descenso de la afiliación producido desde que entró en vigor la reforma, en el caso de la CAV de más de 20.000 afiliados a la Seguridad Social. Además, se refirió a la precariedad de los nuevos empleos y al fuerte aumento de los puestos temporales y por horas. Desde 2012 ha caído en más de tres puntos el porcentaje de ocupados a jornada completa y ha crecido el de contratados a tiempo parcial, que son ya uno de cada cinco trabajadores.
La reforma es “totalmente incapaz de estimular la creación de nuevos empleos, y menos aún de hacerlo con nuevos empleos de calidad”, señaló el consejero, que añadió que la nueva regulación ha servido para “flexibilizar despidos, introducir incentivos negativos sobre empresas y trabajadores y frenar las medidas para conciliar”. Toña hizo alusión también al incremento “terrible” de los parados de larga duración y recordó que los recortes están afectando negativamente también a las cuantías de las prestaciones por desempleo.
El terreno de juego de la negociación colectiva también ha sido modificado por la reforma, contribuyendo al “desequilibrio” en favor de los empresarios. La prevalencia del convenio de empresa, unida a las nuevas vías para rebajar condiciones de trabajo, dibuja un escenario complicado para las centrales sindicales, y además el bloqueo de la negociación, con los propios sindicatos divididos, deja sin cobertura a miles de asalariados de empresas pequeñas.
En este punto, Raúl Arza, líder de UGT-Euskadi, coincidió en que es preciso reactivar las mesas sectoriales, recordando el bajo nivel de cobertura de los convenios de empresa. La negociación sectorial está paralizada pero podría ser un camino precisamente para contener la aplicación de la reforma. Aunque en estos momentos la brecha entre patronal y sindicatos parece insalvable, en la agenda de la mesa de diálogo social, en la que no participan ni ELA ni LAB, está incluido este asunto de cara a intentar desatascar los convenios.
El consejero reiteró su llamamiento a las centrales abertzales para que participen en dicho foro y se ofreció para explorar acuerdos que bloqueen la reforma laboral. “Aunque algunos ven intereses contrapuestos, nuestro compromiso es con todas las personas y con todos los trabajadores. Si entre todos podemos paliar los efectos de esta reforma, tenéis la mano tendida de este Gobierno para seguir intentándolo hasta donde podamos llegar”, dijo.
Los agentes sociales vascos han buscado en dos ocasiones cerrar un pacto intersectorial que deje la reforma fuera de los convenios, pero las diferencias entre sindicatos y Confebask frustraron las negociaciones.