BILBAO - La reactivación del consumo ha abierto el apetito de los bancos. Tras varios ejercicios de letargo, las empresas y las familias vascas empezaron a invertir y comprar en el último tramo del año pasado, y las entidades financieras han visto en esa recuperación una oportunidad para reforzar su negocio tradicional, la concesión de préstamos a sus clientes. A falta de datos oficiales del arranque de 2015, el mejor termómetro para medir la temperatura del consumo son las previsiones de los bancos. El tema estuvo muy presente ayer en el XXII Encuentro del Sector Financiero, organizado en Madrid por Deloitte, ABC y la Sociedad de Tasación. Algunos de los participantes, BBVA o Bankia, perciben ya con claridad el esperado aumento del crédito. Otros, como Banco Santander o Caixabank, constatan ritmos más tímidos. En el último escalón, entidades como Liberbank, creen que aún tardará en notarse la mejora del consumo en sus balances.

En la zona templada, el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, afirmó que el crédito bancario crecerá a ritmo medio del 2% los próximos cuatro años, aunque este curso todavía bajará ligeramente. Esa estimación garantizaría en caso de cumplirse un incremento sostenido del consumo durante un periodo muy amplio. Es decir, se consolidaría la recuperación actual. El Banco Santander, en cambio, percibe un clima de recuperación tanto este año como el que viene, si bien estima que será en 2017 cuando se consolidará definitivamente el escenario. El Santander espera ese año una “normalización” del sector, especialmente en el momento en que haya estabilidad normativa y de tipos de interés, hoy en día en mínimos históricos. En ese momento “se recuperará la demanda de crédito y habrá crecimiento de volumen” del negocio, precisó José Antonio Álvarez, consejero delegado del banco de la familia Botín.

El número dos de Bankia, José Sevilla, por su parte anunció que su actividad crediticia crecerá en torno al 10% en autónomos, pymes y familias. El objetivo es generar un valor de 3.000 millones de euros Y desde BBVA, su consejero delegado, Ángel Cano, confirmó que se está viendo un cambio de ciclo en el crédito, con crecimientos interanuales en la mayoría de las carteras. “Por fin podemos hablar de recuperación y confirmar que hemos dejado atrás la crisis”, subrayó Cano, reconociendo eso sí que “será difícil” que la banca recupere los niveles de rentabilidad de negocio previos a la crisis.

Todas estas entidades financieras analizaron la evolución global en el Estado, pero la tendencia será previsiblemente más favorable en Euskadi, donde los salarios son más altos y la tasa de paro más baja. Se cobra más y hay más gente trabajando, lo que permite tener más materia prima para calentar una de las locomotoras de la economía, el consumo interno.

La publicación en breve de los datos de recaudación acumulada en Euskadi hasta marzo ofrecerá una visión de la actividad económica en general y del consumo en particular, con los ingresos por IVA. También será sintomática la evolución de los resultados trimestrales de Kutxabank, sobre todo en lo concerniente a los créditos concedidos

Hasta entonces habrá que agarrarse a las perspectivas. El banco de las tres cajas vascas considera que 2014 ha sido “un año de inflexión, con una revitalización del sector comercial, una reactivación de la demanda de crédito y una mejora de los ratios de morosidad”. Los créditos hipotecarios concedidos por Kutxabank crecieron un 31% el año pasado, los préstamos personales un 26% y la financiación a empresas para comercio exterior crecieron un 28%.

Laboral Kutxa también ha notado ya “el cambio de tendencia en la inversión crediticia”. En lo relativo a banca de empresas se ha detectado un incremento de la demanda de préstamos y una mayor actividad comercial. El repunte se inició en junio y se ha mantenido hasta ahora. Los incrementos rondan el 20% tanto en el consumo de los hogares como en los saldos derivados de la actividad productiva.

Tanto en el caso de Kutxabank como de Laboral Kutxa, que no se han marcado un objetivo para este año, se trata de ritmos muy elevados al ser fruto de la comparación con la sequía de 2013. A partir de ahora habrá datos más fiables y todo apunta a que se reflejará un incremento sólido. Más allá de la inversión crediticia, el dato del consumo registrado el ejercicio pasado es esperanzador. Tras años de descensos, el gasto de los hogares vascos regresó con fuerza en 2014 a zona positiva. El consumo familiar creció un 2,6% interanual en el último trimestre, un empuje que no se producía desde principios de 2008, cuando la crisis era solo una amenaza.

Según el Departamento vasco de Hacienda y Finanzas, las razones que explican el cambio “son múltiples” e “incluyen el crecimiento del empleo, el descenso de los precios, un pequeño incremento de los salarios reales, una percepción más optimista del futuro, un acceso más fácil a los créditos bancarios y el aumento de la riqueza financiera”. En definitiva, los síntomas de recuperación.