BILBAO - El tema de la financiación empresarial ha sido uno de los temas capitales en estos años de crisis. Para analizar la situación, la Universidad de Deusto, a través de la Deusto Business School, ha contado entre otros con el director financiero de la compañía siderúrgica vasca Tubacex, Guillermo Ruiz Longarte. La empresa alavesa es uno de los dos mayores fabricantes del mundo en tubos de acero inoxidable sin soldadura. En pleno proceso de expansión internacional, con la compra de plantas en Italia e India, Tubacex afronta un año complicado para su sector por la incidencia de los bajos precios del petróleo en la demanda de los principales clientes de la empresa. Tubacex, una firma que facturó unos 550 millones de euros el pasado año con un beneficio neto de casi 24 millones de euros, un 58% más, es un ejemplo de compañía vasca puntera e internacionalizada, según recuerda el economista Guillermo Ruiz Longarte.
¿Se está normalizando la financiación para las empresas industriales tras los años de crisis y las restricciones de la banca?
-En estos momentos hay toda la financiación que se quiera, y a tipos de interés asumibles, porque hay una ventana de liquidez que no se conocía desde antes de 2007. Eso sí la financiación es selectiva y va a empresas con proyectos sólidos, balances saneados etcétera. Para las pequeñas empresas la situación es mucho mas difícil porque la banca todavía arrastra ratios de mora altos y aunque quiere prestar es muy selectiva.
Una de las causas de la gravedad de la crisis en el Estado español ha sido la gran dependencia de la financiación bancaria por parte de las empresas. ¿Está cambiando esto?
-Sí. Ahora hay alternativas a la financiación bancaria. Hasta ahora Tubacex trabajaba con los sistemas tradicionales, líneas de crédito etc y desde hace más un año pusimos en marcha una financiación a corto plazo a través de la emisión de pagarés a 3, 6 y 12 meses con unos tipos interesantes del 2,36% al 2,85% y la cosa ha ido muy bien por lo que nos estamos planteando realizar emisiones a 24 meses.
¿Se ha abaratado la financiación?
-Sin duda. Ahora a dos años estamos intentando emitir por debajo del 2%. No hay más que ver que en menos de doce meses se pueden realizar, como es nuestro caso, emisiones de pagarés al doble de plazo pagando un 0,8% menos, que es mucho para este nivel de tipos. Pero claro hay que analizar la situación de rentabilidad de la deuda pública, que es negativa en algunos casos.
¿La financiación alternativa a los créditos bancarios viene para quedarse o ha sido coyuntural por la mala situación de la banca?
-Hay dos modelos de financiación empresarial. El de EEUU, muy poco bancarizado, en el que las compañías recurren a los mercados de capitales y emiten bonos, y el europeo, sobre todo en España, con amplia dependencia de la banca para financiarse. Al final creo que las empresas en Europa van a ir a un sistema mixto. Con un estructura bancaria a corto y una a largo con emisiones tradicionales o con acuerdos privados con inversores, se me ocurren aseguradoras, que quieren colocar su dinero y obtener una rentabilidad. Creo que este cambio viene para quedarse.
¿Cómo afecta a empresas industriales como Tubacex el cambio euro-dólar?
-Un euro menos fuerte es positivo para las compañías europeas pero a nosotros en concreto nos beneficia menos que a otros. Nos beneficia porque vendemos parte en dólares, en Asia y en Estados Unidos, pero también tenemos que adquirir materias primas, como el níquel, que se abonan en dólares con el consiguiente encarecimiento. Esto con el euro a 1,40 dólares, que ha estado mucho tiempo, nos daba una cobertura natural porque las ferroaleaciones que comprábamos nos costaban menos al pagar en la divisa norteamericana. Ahora, en todo caso, el cambio nos es ligeramente favorable. Contemplábamos para este año un cambio a 1,15 dólares . Creo que hay una sobrerreacción de los mercados por las medidas del BCE y la devaluación del euro ha sido muy fuerte y muy rápida, y pienso que habrá una cierta corrección.
La bajada del precio del petróleo hasta los 50 dólares afecta a Tubacex y a las empresas que trabajan para el sector de Oil&Gas pero no de forma positiva porque se han paralizado inversiones.
-Sí. Así es. El mercado se ha puesto muy nervioso y el precio del petróleo ha bajado muy rápido. Pero más allá del precio puntual del crudo, el problema es el sentimiento de incertidumbre a largo plazo que se ha generado porque se cuestiona la rentabilidad de determinados proyectos que son muy caros como los de perforación en aguas profundas. Además hay un riesgo político enorme en países productores como Rusia o Venezuela. Y esto ha creado incertidumbre y cierta paralización en la toma de decisiones con proyectos de inversión que entran en stand by. Esto es la impresión a corto plazo. Si miramos más allá no vemos un petróleo a estos precios tan bajos, pensamos más en un escenario con el crudo a 80 dólares. Además las necesidades energéticas son crecientes en el mundo por lo que somos optimistas a futuro. Adicionalmente también hay que valorar la diversificación geográfica y de productos. Nosotros también trabajamos para la industria del refino y con el crudo bajo aumentan márgenes. En el área de generación eléctrica hay demanda en países como China. Lo peor de todo, reitero, es el sentimiento de incertidumbre que paraliza proyectos de inversión y crea tensiones en las carteras de pedidos.
Tubacex es una empresa ampliamente internacionalizada con plantas en Austria, en Italia, en India....¿Para salir fuera es preciso contar con socios locales?
-Para Tubacex, una compañía que realiza en el exterior el 95% de las ventas, el mercado español es residual. Para entrar en ciertos mercados el contar con un socio local es imprescindible. En China o India es impensable entrar sin un socio local porque si no necesitarías una gran masa crítica para no arriesgarte a un batacazo importante si sale mal pues son países complicados. En Europa o EEUU no sería necesario aunque si quieres involucrar al management o piensas en el largo plazo tener un socio minoritario local tiene sentido. Otra opción es comprar todo en fases como estamos haciendo en Italia con IBF.
¿Cómo se presenta 2015?
-En el caso concreto de Tubacex es difícil de predecir por la poca visibilidad que hay en estos momentos en el sector. Estamos trabajando con carteras de pedidos cortas. A medio plazo somos optimistas pero a corto puede haber tensiones y costará mantener los niveles de rentabilidad pero hay una parte positiva de estos últimos años y es que la empresa ha cambiado mucho. Es mucho más flexible, más adaptable. Se ha invertido mucho en acabados para funcionar más rápido. Es un año incierto pero al final puede ser mejor que el anterior.
¿Europa va a recuperar el crecimiento sostenido sólo con la inyección de liquidez del BCE?
-Soy escéptico. Veo bien la política monetaria expansiva. Hay liquidez casi ilimitada con la actuación del BCE pero hay que hacerla llegar a las pequeñas empresas, a las familias. Se necesita un crecimiento industrial real, se precisan nuevas inversiones. Si la liquidez se queda en los bancos y estos, ahora muy selectivos, no acaban de prestar esto no despega. El consumo ha mejorado por factores psicológicos pero creo que hace falta algo más que liquidez para recuperar un crecimiento sostenible.
¿La apuesta de Tubacex a futuro pasa por seguir creciendo?
-Nuestra apuesta es evolucionar de ser un fabricante siderúrgico a ser un suministrador de soluciones. Y eso pasa por aumentar el valor añadido de nuestros productos, dar un nuevo enfoque comercial, pues renunciamos a un producto commodity amenazado por competidores de bajo costes, y ello sí obliga a crecer no sólo de forma orgánica pero también inorgánica porque hay competencias industriales y comerciales que Tubacex no tiene ya sea por gama de productos, por ingeniería etc. Cuanto más se internacionaliza una empresa más refuerza su posicionamiento aquí en el País Vasco donde tenemos el mayor valor añadido.