madrid - Frente a la euforia de Mariano Rajoy en el Debate sobre el Estado de la Nación del martes, los grandes poderes internacionales siguen demandando a España ajustes al estilo griego. El FMI mantiene su apuesta por combatir el alto desempleo juvenil reduciendo al mínimo los costes laborales, y en este sentido reitera su consigna de rebajar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) por debajo de los 648 euros actuales, receta propuesta también por el BCE o el Banco de España. Una medida que hundiría aún más la remuneración de los empleos a los que acceden los jóvenes, en su mayoría temporales y por horas.

La economista del FMI Angana Banerji presentó ayer junto al director de Fedea, Ángel de la Fuente, un informe sobre empleo juvenil en el Estado español, en el que se recogen algunas de las medidas tradicionales que viene reclamando esta institución los últimos años para los países con un alto desempleo. La tasa de paro entre los menores de 25 años roza el 49% -entre los menores de 20 supera el 67%-, según la Encuesta de Población Activa del INE, un problema que los diversos agentes macroeconómicos tildan de estructural en la economía española. Para hacerle frente el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha venido aprobando diversas medidas enfocadas en la reducción de los costes laborales y en hacer más atractiva la contratación de jóvenes, siguiendo la línea marcada por Bruselas. Los resultados, cuestionables en términos de ocupación, han disparado los contratos a tiempo parcial y de corta duración, concentrados sobre todo en periodos concretos como los primeros meses de verano o las navidades.

En un momento de incipiente crecimiento económico, los sindicatos españoles tratan de involucrar a la patronal en un pacto que consolide subidas salariales de cierto peso este año y los siguientes. Las centrales entienden que una mayor renta disponible dará mayor dinamismo al consumo y contribuirá a asentar el crecimiento y a generar empleo de mayor calidad. Sin embargo, España aún está lejos de ese escenario, a pesar del optimismo mostrado por Rajoy en el debate de política general del martes, en el que prometió, en caso de continuar en Moncloa, tres millones de puestos de trabajo los próximos años. En la misma intervención, el presidente del Gobierno español anunció una batería de medidas con la vista puesta en las elecciones entre las que destacan varios estímulos al empleo con carga sobre las arcas de la Seguridad Social.

Una vía que gusta al FMI, como se recoge en el informe presentado ayer, en el que se pide a España que continúe aliviando los costes que pagan los empresarios en forma de cotizaciones. La derivada de este tipo de medidas, advierten los agentes sociales, es que se torna necesario recortar el gasto en prestaciones y jubilaciones para compensar los menores ingresos de la Seguridad Social.

“reconsiderar” el smi En cuanto a los salarios, el FMI indica que, ante el ajuste generalizado del coste salarial, si el sueldo mínimo no baja -este año se ha subido tres euros hasta 648,6 euros al mes- en términos comparativos este indicador, que reciben muchos jóvenes, se vuelve menos competitivo. Según Banerji, se trata de “reconsiderar” el SMI y ajustarlo al nivel de bienestar que quiera preservarse para los trabajadores.

El organismo que dirige Christine Lagarde ya había realizado una proposición similar el pasado verano, y anteriormente el BCE y el Banco de España habían sugerido la posibilidad de pagar, en ciertos casos, por debajo del sueldo mínimo, sobre todo en casos de contratos por horas. El modelo de minijobs ha sido defendido también por la patronal española, que ha reclamado a Rajoy esta legislatura que incluya en la legislación la posibilidad de pagar por debajo del SMI a ciertos colectivos y especialmente a la juventud. Por otro lado, el FMI considera bueno “reducir la protección en los contratos indefinidos existentes y en los nuevos”, es decir, abaratar más el despido profundizando en la línea de lo establecido en la reforma laboral.