Las primeras manifestaciones en público de Ángel Toña ayer tras tomar posesión de su cargo de consejero de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco dejaron claro el encargo del lehendakari al nuevo miembro de su gabinete para lo que resta de legislatura: imprimir un mayor marchamo social al departamento a la hora de culminar la reordenación de Lanbide para mejorar la gestión de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) y de impulsar el diálogo social con sindicatos y empresarios.

Toña sustituye en el cargo a Juan María Aburto, que ha dejado de ser consejero para volcarse en su candidatura a alcalde de Bilbao por el PNV en las elecciones municipales del 24 de mayo. El nuevo consejero tomó posesión durante un acto celebrado en el Palacio de Ajuria Enea, presidido por el lehendakari, Iñigo Urkullu, en el que estuvieron presentes todos los miembros de su gobierno y la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria.

También acudió Aburto, visiblemente emocionado, a quien el lehendakari le dio un abrazo antes de agradecerle su “convicción y dedicación” en el trabajo realizado. Destacó los “importantes acuerdos” logrados por Aburto como la cartera de Servicios Sociales, la aprobación del proyecto de ley del Tercer Sector o la mesa de diálogo social, aunque en este caso la mesa renquea debido a la ausencia de ELA y LAB, uno de los contratiempos que intentará reconducir el nuevo consejero.

Para ese y los demás retos, Toña recurrirá a su amplia experiencia como desbloqueador de conflictos laborales y conciliador en las negociaciones laborales, rasgos profesionales que, unidos a su dilatada trayectoria como profesor universitario especializado en conflictos laborales, intentará hacer valer en su relación con los agentes sociales.

El nuevo consejero destacó que las políticas sociales, de empleo y de vivienda se encuentran en la “vanguardia” de la atención a las personas más desfavorecidas y aseguró que asume su tarea con el compromiso de aportar “todo” para seguir atendiendo las necesidades de gran parte de los vascos, “que ven agrandarse la brecha de la desigualdad”.

El acento social que pretende reforzar a su gestión se traducirá en su apuesta por responder a las necesidades de trabajo, recursos y vivienda de las familias vascas en situaciones de dificultad “y que se sienten agotadas y agobiadas en la búsqueda de mejores condiciones de vida”.

El portavoz del PSE en el Parlamento vasco, José Antonio Pastor, pidió al nuevo consejero que actúe con “osadía” y supere el “triste legado” de su antecesor en el cargo. En concreto reclamó que habilite ya las partidas económicas destinadas a los ayuntamientos para que éstos puedan sufragar las Ayudas de Emergencia Social (AES). Además, le insta a que conceda las ayudas a la conciliación laboral y familiar pendientes de entregar desde el año pasado.

Ondarrés de 62 años, Toña fue viceconsejero de Trabajo entre febrero y octubre de 1991, cuando José Antonio Ardanza era lehendakari y Martín Auzmendi, de Euskadiko Ezkerra, era el consejero de Trabajo.