Quienes se hayan dejado instruir por los titulares de prensa y las noticias píldora aparecidas en los últimos días en los medios de comunicación en el Estado español, pensarán que la economía española con el gobierno de Rajoy al frente “ha superado la crisis y ha pasado a liderar el crecimiento y desarrollo europeo”, convirtiéndose en el modelo a seguir con el aval internacional y, en especial, del Fondo Monetario Internacional. Desgraciadamente, una simple lectura de la propia comunicación del FMI del pasado 19 de enero (Perspectivas de la Economía Mundial) y su cruce con unas pocas opiniones, informes y análisis vendría a estropear los titulares mediáticos y a empañar la campaña iniciada por el Gobierno español en base a una clave e hilo conductor de sus mensajes: la recuperación económica es un hecho. Frase publicitaria que hace de algunos indicadores, sin duda positivos (o mejor dicho, menos malos que los precedentes desde la posición de partida tras largos siete años de hundimiento generalizado), una cuestionable sensación de salida de la crisis y, sobre todo, del futuro esperable.

Qué duda cabe de que la situación va a mejor, en un tránsito aún largo y complejo. Asistimos a un momento en el que las políticas equivocadas del pasado son cuestionadas y se abren espacios de cambio. Nuevas ventanas de oportunidad y nuevas posibilidades. Pero, ante todo, realismo y optimismo activo y comprometido con nuevos escenarios. Es el momento de poner el acento en los objetivos y las políticas e instrumentos para lograrlo y no del marketing falaz y sin contenido, pese a que ni el mensaje ni el titular sea el que nuestros publicistas y directores de campaña aconsejen.