PEKÍN. Para 2016, el organismo dejó sin variación las proyecciones españolas en un 1,8 %, con motivo de la actualización de su informe de Perspectivas Económicas Globales, publicado hoy en Pekín.
Este repunte viene dado tras una expansión del 1,4 % en 2014, una décima por encima de los pronósticos del Gobierno español, que coincide eso sí con el FMI en las previsiones para el ejercicio de 2015, en el 2 %.
De hecho, el crecimiento de España es especialmente destacado si se compara con las estimaciones realizadas para la zona del euro, que el FMI rebaja al 1,2 % este año y al 1,4 % el próximo, dos y tres décimas menos de lo anticipado, respectivamente.
Como consecuencia, España encabezará la expansión dentro de las grandes economías del euro por delante incluso de Alemania, la gran locomotora regional.
Alemania ve reducidas sus previsiones de crecimiento al 1,3 % en 2015, dos décimas menos; y al 1,5 % en 2016, tres décimas por debajo de lo previsto en octubre.
Asimismo, Francia lo hará un 0,9 % este año y un 1,3 % en 2016, una y dos décimas menos de lo planteado previamente; e Italia, que vuelve a la senda positiva tras dos años de recesión, crecerá un 0,4 % en 2015 y un 0,8 % en 2016, aunque en ambos casos medio punto menos de lo previsto antes.
"Han pasado cosas buenas en España", destacó hoy el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, quien atribuyó el repunte español a la mejora de la competitividad, el aumento de la productividad, los recortes salariales, el mejor comportamiento de las exportaciones y un mayor optimismo.
"Los consumidores están gastando más y la demanda doméstica es bastante fuerte", detalló Blanchard, quien, no obstante, recordó que el desempleo "sigue muy por encima del 20 por ciento", por lo que consideró que "aún hay un largo camino por delante".
Aunque las previsiones de crecimiento se cumplan, apuntó el economista, ello no significará que el paro baje "rápidamente".
Preguntado por la situación política en Grecia y España, y el auge de partidos como Podemos y su propuesta de reestructuración de la deuda, Blanchard reconoció su inquietud.
"El desempleo es todavía muy elevado y en España, como en otros países, está llevando al auge de partidos que incluso no quieren ser parte del euro, que tienen posturas populistas... Y eso es algo de lo que nos tenemos que preocupar", subrayó.
Para este año, el Fondo dibuja un escenario "complejo" en la zona del euro, con los riesgos planteados por una inflación y expectativas inflacionarias a la baja.
"En la zona del euro, la inflación ha vuelto a bajar, y los 'shocks' adversos -internos o externos- podrían conducir a una inflación persistentemente más baja o a retrocesos de los precios, ya que la política monetaria sigue siendo lenta en responder", aseguró el Fondo, en alusión al Banco Central Europeo.
El FMI prevé que la actividad económica "venga respaldada por el descenso de los precios del petróleo, una orientación más neutral de la política fiscal y la reciente depreciación del euro".
Advierte, no obstante, de que "estos factores quedarán compensados por el debilitamiento de las perspectivas de inversión que en parte refleja el impacto del menor crecimiento de las economías de mercados emergentes en el sector exportador".
Como recetas, reincide en las peticiones reiteradas en los últimos años: el BCE debe continuar "con su política expansiva para evitar que los tipos de interés reales crezcan, incluidas otras medidas", como la compra de deuda soberana, algo que ya ha adelantado el presidente del banco emisor, Mario Draghi.
Asimismo, en algunas economías, especialmente Alemania, el Fondo asegura que hay "una fuerte justificación" para una mayor inversión en infraestructura.
Para el Reino Unido, la gran economía europea fuera del euro, mantiene un crecimiento más sólido del 2,7 % en 2015 y del 2,4 % en 2016, sin apenas cambios con respecto a octubre.
En la actualización de enero, el Fondo no ofrece datos detallados sobre otros indicadores económicos, como desempleo o inflación, para lo que habrá que esperar a la reunión de primavera del organismo multilateral, que se celebrará en Washington a mediados de abril.
La pasada semana, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ya subrayó que el crecimiento global era demasiado frágil y desigual, y citó como único punto brillante a Estados Unidos, con unos índices de crecimiento saludables por encima del 3 %.