BILBAO - El Tribunal Supremo ha anulado varios acuerdos de la junta de accionistas de Iberdrola de 2011 recurridos por la constructora madrileña, aunque ha avalado la limitación de los derechos de voto de la compañía del presidente del Real Madrid, lo que constituía el eje principal del conflicto entre ambas sociedades mercantiles.

En una sentencia conocida ayer, el Supremo estima parcialmente un recurso de casación interpuesto por Residencial Monte Carmelo, filial de ACS, contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Bizkaia que también estimaba solo parcialmente las pretensiones de la constructora. El conflicto se remonta a 2011, cuando ACS recurrió varios cambios introducidos en los estatutos sociales de Iberdrola durante la junta de accionistas, relativos al derecho de información de los accionistas, las facultades del presidente, la cesión de voto, el voto de los accionistas con conflicto de intereses y la reducción del número de integrantes del consejo de administración, entre otros.

Especialmente, la batalla judicial se centraba en el artículo que impedía a ACS -que entonces contaba con una participación del 20% en la eléctrica- disponer de un puesto en el consejo de administración de esta al considerar que había conflicto de intereses. La ejecutiva liderada por Sánchez Galán estimaba que las inversiones de la empresa de Florentino Pérez en el sector eólico colisionaban con los interés de la eléctrica vasca, líder mundial en generación de energía verde. Al igual que anteriores instancias, el Tribunal Supremo considera que no puede considerarse que esta cuestión “vulnere el principio de igualdad de trato (...) puesto que esta limitación del ejercicio del derecho de voto se aplicaría a todos los accionistas que se hallen en la misma posición”.

La resolución judicial tampoco afecta otro de los puntos más polémicos, que consistió en una reducción a 14 miembros del consejo de administración de Iberdrola. La actual dirección de Iberdrola temía que Florentino Pérez tuviera como objetivo trocear y vender la compañía. Finalmente ACS ha renunciado y tras acelerar en diciembre su salida del accionariado de Iberdrola solo controla ya un 4% del capital. - DNA