madrid - El último golpe de mano de la nueva presidenta del Banco Santander, Ana Botín, no tuvo ayer una gran acogida en los mercados. El Santander ejecutó una colocación acelerada de acciones entre inversores institucionales, consiguiendo ampliar su capital en 7.500 millones de euros. Pero lo hizo a un precio por acción menor a la cotización del jueves. Se colocaron a 6,18 euros, un 9,91% por debajo del precio al que cotizaban el jueves, de 6,86 euros. La Bolsa española sufrió las consecuencias, con pérdidas de casi el 4%.

Más allá de las consecuencias, el anuncio, doble, porque el Santander también ha cambiado su política de retribución del dividendo, indica que la primogénita de Emilio Botín ya ha marcado el nuevo paso del banco. A la súbita muerte del que fuera máximo responsable de la entidad durante 28 años el consejo de administración respondió con el nombramiento de la cuarta Botín al frente de la nave, pese a que la familia dista de ser la máxima accionista. Si en ese momento se esperaba que Ana Patricia Botín -perdió el Patricia oficialmente tras el nombramiento- prolongase el mandato de su padre sin realizar grandes cambios, tras apenas tres meses el banco es otro.

Seis semanas después de iniciar su mandato ya realizó una significativa remodelación en la estructura de poder del Santander. Nombró a José Antonio Álvarez como número dos en sustitución de Javier Marín. Marín solo duró un año como consejero delegado, tras sustituir al histórico banquero bilbaino Alfredo Sáenz. Además Rodrigo Echenique, hasta entonces consejero externo, fue nombrado vicepresidente del banco. Nuevos dirigentes para una nueva era y, como consecuencia, nuevas decisiones.

Si la política de Emilio Botín era primar el dividendo de los accionistas la de Ana Botín parece que se enfoca a priorizar la solvencia. Esa era una demanda de algunos sectores del mercado, ya que frente a sus principales competidores, era uno de sus puntos flacos. La operación permite a la firma cántabra elevar su ratio de capital fully loaded hasta cerca del 10%. En la última presentación de resultados, el exconsejero delegado Marín aseguró que el ratio de capital fully loaded de finales de 2014 sería algo inferior al previsto en un principio, con una proyección de entre el 8,5% y el 8,6%, frente al 9% previsto inicialmente.

Según el banco, “reforzar el capital ahora permitirá al banco aprovechar las oportunidades de crecimiento orgánico, aumentando el crédito y la cuota de mercado en los mercados clave”. Por ello, el banco ha efectuado la mayor ampliación de capital de la historia de la entidad. Con la emisión de 1.123,5 millones de nuevas acciones a 6,18 euros, su ampliación de capital asciende a 7.500 millones de euros. Los mercados especularon ayer sobre qué objetivo persigue la entidad, aunque el propio Santander asegure que la meta es reforzarse y ganar cuota de mercado de forma orgánica en los países en los que está presente. Esa declaración parece descartar que tenga prevista una compra para acceder a un nuevo mercado.

El Santander ha fortalecido su capital y gracias a ello podrá asumir nuevas operaciones. Abrir el grifo del crédito supone asumir más riesgos y eso consume capital, por lo que esta ampliación podría responder a la intención de impulsar el negocio típico bancario en los diez mercados en los que ya opera el grupo, según algunos analistas consultados por las agencias de comunicación.

Además, el banco también dará un vuelco a su política de retribución precisamente para dar fuerza al capital. Volverá al efectivo, frente al pago de cuatro dividendos a cuenta de resultados. Pero pagará, según lo anunciado, mucho menos por acción a sus accionistas: cerca del 66% menos

Bolsa El Ibex 35 español vivió ayer su mayor caída desde septiembre de 2012. El Santander, la peor desde octubre de 1998. Las acciones del banco se desplomaron un 14,09%, hasta los 5,89 euros por título. El Ibex 35, empujado por el fuerte peso que el Santander tiene en el parqué, del 18%, cayó un 3,91%, hasta los 9.719 puntos.

Según Nuria Álvarez, analista de banca de Renta 4, la respuesta bursátil se debió a “la diferencia entre el precio marcado en la ampliación y al que cotizaban las acciones en la Bolsa” antes de que se anunciaran las nuevas medidas del equipo de Botín.

Aunque la reacción bursátil “es siempre incierta”, “entra dentro de lo previsible” que en las próximas fechas las acciones del banco cántabro recuperen el valor perdido, según la analista consultada por este diario. “Las operaciones anunciadas por el banco, en cuanto al capital y el dividendo, tienen una lectura positiva a medio plazo”, explicó Álvarez. “Atendiendo a eso, esperamos que el valor de las acciones tenga una recuperación y nuestra recomendación a los accionistas actuales es que mantengan sus posiciones”, concluyó la experta analista bursátil.

Banco Santander. Las acciones del Banco Santander se desplomaron ayer en la Bolsa madrileña un 14,09%, hasta los 5,89 euros por título. Es su mayor caída desde octubre de 1998.

Bolsa. El Ibex 35 sufrió como consecuencia su mayor caída desde septiembre de 2012. Su valor bajó un 3,91% y con ello ha acumulado unas pérdidas del 6,1% en la semana.

6,18

El Santander realizó ayer una colocación acelerada de acciones entre inversores institucionales, consiguiendo ampliar su capital en 7.500 millones de euros. Pero lo hizo a un precio un 9,91% menor al de la cotización de ayer. Eso empujó sus acciones a la baja, y al final de la jornada cada título de la entidad cotizaba a un coste de 5,89 euros.