La gasolina y el gasóleo han marcardo estas Navidades los precios más bajos registrados en los últimos cuatro años, coincidiendo con el desplome de las cotizaciones internacionales del petróleo, con un abaratamiento de más del 13% con respecto al pasado año. Frente a este descenso, el precio del barril de crudo se ha desplomado alrededor de un 45% desde verano.
Este hecho ha supuesto un gran alivio para los bolsillos de los consumidores en un periodo de vacaciones con millones de desplazamientos por la festividad de la Navidad y Año Nuevo. De esta manera, los precios de los combustibles se aproximan a niveles del año 2009, cuando el litro de gasolina costaba 1,052 euros y el gasóleo se encontraba incluso por debajo del listón del euro (0,95 céntimos).
El desplome del precio del crudo casi a la mitad desde que comenzó el periodo estival conlleva una pregunta clara: ¿por qué la bajada de precio del barril petróleo no influye de manera proporcional en el precio de la gasolina?
La primera pista en ese sentido es simple: “Los carburantes que se utilizan en los vehículos no son petróleo”, según recuerda el presidente de la patronal petrolera (AOP), Álvaro Mazarrasa, sino productos refinados y adecuados para este uso.
La segunda pista tiene que ver con la propia composición del precio de los carburantes, donde la materia prima tiene un peso relativamente pequeño. De hecho, los costes fijos -que no se ven afectados por la cotización de los productos- constituyen un 68% del precio de la gasolina y un 63% del gasóleo.
precio de venta La pregunta, entonces, es qué factores determinan el precio de venta los carburantes. Fundamentalmente tres: materia prima, impuestos y margen de distribución.
El coste de la materia prima no va vinculado a la cotización del crudo, sino al precio de venta de la gasolina y el gasóleo - es decir, los productos ya refinados- en los mercados internacionales. Este puede distar bastante de la cotización del crudo e incluso entre los distintos mercados regionales. En cualquier caso, esta materia prima solo constituye alrededor de un 31% del precio de la gasolina y del 35% del precio de venta del gasóleo.
El principal elemento en el precio de los carburantes es, sin ninguna duda, la carga fiscal, que supone más de la mitad del precio final.
Los carburantes de automoción pagan dos tipos de impuestos, el especial de hidrocarburos y el IVA.
El impuesto de hidrocarburos es una tasa por volumen de carburante, por lo tanto, es independiente del precio. Se compone de un tramo estatal general - 400,69 euros por cada 1.000 litros para la gasolina y 307 euros por cada 1.000 litros para el gasóleo- ; un tipo estatal especial, de 24 euros por cada 1.000 litros para ambos carburantes, y un tipo autonómico, que varía entre cero y 48 euros por cada 1.000 litros.
El IVA de los carburantes es del 21% y, como para el resto de productos, varía en función del precio de venta.
El último elemento de composición del precio de los carburantes es el polémico margen de distribución, que supone alrededor de un 12 % del total y que, según recuerda reiteradamente el sector petrolero, no se corresponde con el beneficio de las empresas.
De hecho, según señala Mazarrasa, el 90% de este margen bruto de distribución son costes asociados al propio suministro, lo que implica que el importe de este margen también sea fijo y no se vea afectado por la cotización de los productos.
Estos costes son de varios tipos: logísticos, para el transporte y almacenaje de los carburantes; del punto de venta, como personal de gasolinera o mantenimiento de surtidores, o de mantenimiento de reservas estratégicas, que son obligatorias, a lo que se añaden otros como la incorporación de biocarburantes, más caros que los fósiles, o la contribución al fondo de eficiencia energética. De esta manera, prosigue Mazarrasa, el margen de beneficio real que cobra el mayorista es de aproximadamente un 1,5% del precio de venta, es decir, entre uno y dos céntimos de euro por litro.
Al margen de estos cálculos, la preocupación de los consumidores es cómo evolucionará el precio los carburantes. Hasta ahora, ningún experto ha ofrecido una respuesta clara a esta cuestión, aunque estimaciones del sector advierten de que, debido a la importancia de los costes fijos, una caída del crudo de Brent de 100 a 10 dólares solo abarataría el litro de gasolina de 1,57 a 0,91 euros.
Aún así, en surtidor ya es posible llenar el depósito con precios del litro del gasóleo por debajo del euro. Así, en gasolineras de Zaragoza es posible encontrar precios en torno a los 0,95 euros y en Madrid (0,999 euros) o Barcelona (0,988 euros) por debajo de ese listón del euro. Incluso en Canarias, donde la fiscalidad para los carburantes es menor, se puede llenar de gasóleo el depósito del vehículo a un precio de 0,839 euros el litro, según datos del geoportal del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
En el caso de la gasolina, el precio del litro todavía resiste la cota del euro, aunque ya se acerca en surtidor actualmente a ella. Así, en gasolineras de Zaragoza es posible encontrar el litro de gasolina 95 a 1,039 euros, mientras que en Madrid está ya por debajo de los 1,1 euros. - Efe/E.P.