Bilbao - Triste desenlace para el largo culebrón que han protagonizado Edesa y sus trabajadores. La empresa Cata, del grupo CNA, nueva propietaria de Fagor Electrodomésticos, informó ayer de que reanudará la producción de termos eléctricos en la fábrica de Basauri en el primer trimestre del año que viene, pero esta actividad solo se mantendrá en el municipio vizcaíno unos meses. Hacia el final de 2015 la fabricación de termos se trasladará a otra planta de Gipuzkoa, posiblemente a la de Bergara, quedando las instalaciones de Basauri huérfanas de proyectos industriales y abocadas al cierre.

Se confirman así los peores presagios de los extrabajadores y de los representantes institucionales de Basauri y de Bizkaia, que han puesto su empeño en mantener la actividad industrial de la fábrica. Ya en el mes de septiembre los dirigentes de Cata abrieron la puerta a trasladar la producción de calentadores de Basauri a otra factoría de la CAV, justificando esta posibilidad en el hecho de que aún no se había adjudicado la propiedad de los pabellones del municipio vizcaíno.

El traslado de la producción se confirmó ayer en un comunicado en el que CNA explica que los costes necesarios para adecuar las instalaciones de Basauri a los reglamentos de seguridad y medioambientales son “inabordables”, a pesar de que en el año 2010 se realizaron importantes inversiones para modernizar una parte de los pabellones. Asimismo, los empresarios catalanes hacen mención al coste del alquiler y mantenimiento de la planta, “demasiado elevados” para el nivel de producción que se va a llevar a cabo.

Y es que la idea de los nuevos propietarios es reducir el volumen de producción de termos en comparación con la etapa anterior al concurso de acreedores, ya que consideran que de otra manera no se puede garantizar la viabilidad. La empresa catalana estima unas ventas en 2015 de alrededor de 60.000 unidades, lo que permitirá mantener en torno a 40 puestos de trabajo en la línea de producción. Además, en Basauri trabaja ya otra veintena de personas en tareas comerciales, lo que eleva a unos 60 los puestos de trabajo que se mantendrán el primer año a través de la producción de termos, tal y como se comprometió Cata en la oferta presentada al juez concursal para hacerse con los activos de Fagor Electrodomésticos.

Estas 60 personas estarán trabajando un tiempo limitado en Basauri, ya que antes del final de 2015 tendrán que trasladarse a trabajar a Gipuzkoa. CNA explicó que su idea es retomar la producción de termos en Basauri en el primer trimestre de 2015, iniciándose así una primera fase que tiene como objetivos “evaluar el estado general de las líneas productivas” y “facilitar el arranque comercial cuanto antes”, explicó la firma catalana.

Será una primera etapa cuya duración está aun por determinar, aunque parece que no se prolongará más allá del final del año que viene. La idea de Cata es llevar entonces la producción a otra planta guipuzcoana, probablemente a Bergara, donde también se fabricaban termos eléctricos, de manera que el grupo CNA podrá así centralizar la producción de Confort y evitar “la fragmentación de centros productivos”. La planta de Basauri, sin embargo, quedará entonces sin proyecto industrial y sin su esqueleto, ya que la maquinaria será trasladada también a Gipuzkoa. Su futuro dependerá del uso que le quieran dar los propietarios de los pabellones ya que se antoja altamente improbable que aparezca un inversor que impulse una nueva actividad productiva.

“una mala noticia” Los exempleados de Edesa conocieron ayer las intenciones del grupo CNA por los medios de comunicación, e iniciaron los contactos entre ellos de cara a celebrar una asamblea entre hoy y finales de esta semana para valorar su situación. Ayer algunos trabajadores explicaron a Efe que la decisión de trasladar la producción de calentadores a otro centro “es una mala noticia”, aunque aseguraron que se esperaban una decisión de este tipo después del largo periodo de incertidumbre en el que se han visto sumidos desde que se adjudicaron los activos de Fagor.

La plantilla lamenta el bajo número de puestos de trabajo que se mantendrán en el arranque de la producción, que serán ocupados por los antiguos trabajadores, así como el percance que supone el traslado el año que viene a Gipuzkoa. En septiembre la plantilla denunció que solo el 30% de los casi 250 trabajadores habían sido recolocados en otra empresa de la Corporación Mondragón y de manera temporal. Por tanto, los nuevos empleos que genera la fabricación de termos no alcanzan para rescatar del paro a la totalidad del colectivo.

El cierre de Edesa a finales de 2015 será un nuevo golpe para el tejido empresarial del municipio, muy castigado por la crisis. Este era un extremo que tanto el Ayuntamiento como la Diputación de Bizkaia querían evitar y de hecho han ofrecido ayudas para mantener la actividad, algo que finalmente no ha sido posible.