- El actual presidente de Cepyme, Antonio Garamendi (Getxo, 1958), dice tener apoyos suficientes para derrotar este miércoles en las urnas al actual líder de la CEOE, Joan Rosell. Su alternativa pasa por la transparencia y un modelo participativo alejado del “presidencialismo” que ha marcado el mandato del actual presidente de la patronal.
¿Por qué ha dado el paso para pugnar por la presidencia de los empresarios españoles?
-No lo he dado yo sino que han sido varias organizaciones que pensábamos que la CEOE podía mejorar de manera significativa ya que no estábamos conformes con la línea que se había marcado y nos planteamos una candidatura alternativa. Me ha tocado a mí pero es un proyecto conjunto.
¿Cómo evalúa la gestión de Rosell?
-Nosotros más que sector crítico nos vemos representados como la alternativa o la alternancia. La organización necesita urgentemente un cambio y las elecciones del próximo miércoles abren una ventana a la esperanza del empresariado español para que entre aire fresco.
¿Cuál es su bandera electoral?
-Para nosotros es clave poner en práctica la participación dentro de la CEOE. Si se funciona con un esqueña de arriba a abajo llega un momento en el que no se da posibilidad real de participación y se anquilosa el mensaje. Tenemos que ser capaces de que las ideas y propuestas fluyan de abajo a arriba para que el mensaje sea fuerte. La participación tiene que extenderse al conjunto del área institucional así como a todos los directivos de las asociaciones que hay en el seno de la CEOE que son los que conocen muy bien las necesidades.
En sus intervenciones públicas insiste mucho en la transparencia. ¿Tan ópaca es la CEOE?
-Es fundamental aplicar un criterio de transparencia real, interna y externamente. Las decisiones han de conocerse de forma transparente, no puede ser que lleguen ya tomadas desde arriba sin pasar por los respectivos órganos de gobierno. Eso se ha producido en bastantes ocasiones en los últimos años y no nos ha gustado. Pero además tiene que haber transparencia de cara a la sociedad que cierre el paso a determinadas prácticas como las que han incurrido algunos dirigentes empresariales al frente de la organización, algunos de los cuales no se han ido y siguen ahí. Hay que aplicar el código ético, que muchas veces opera como código estético más que ético, puesto que si no se aplica no vale para nada. En casos como los de Arturo Fernández o Jesús Terciado, la organización no ha estado a la altura.
Los casos de corrupción han manchado la imagen de la CEOE en los últimos años.
-Así lo creo y pienso que los empresarios tenemos derecho a que eso no sea así en adelante porque los empresarios que todos conocemos son gente muy normal y con otras actitudes. Por eso pienso que el código ético de la organización debería haber sido más riguroso de lo que ha sido.
¿Rosell ha sido poco beligerante contra esas prácticas?
-Prefiero hablar más de la organización que de las personas, pero es evidente que no se ha estado a la altura de las circunstancias y no lo hemos estado.
¿Cómo piensa evitar que se produzcan estas situaciones?
-Le pongo un ejemplo. En el caso de Jesús Terciado, lo que para la CEOE podría pasár por una salida temporal, en Cepyme (organización de la que es presidente Garamendi) por unanimidad y en voto secreto se le pidió que dimitiera. Basta con ser exigente con el código ético que tenemos y tener claro que tenemos que ser un ejemplo para la sociedad, tenemos que poner coto a este tipo de conductas.
Aboga por un modelo de gestión participativa y no presidencialista. ¿Rosell lo ha sido?
-Creo que el presidente debe ser el representante de los empresarios, es el coordinador y dinamizador, pero no puede ser es que funcione pensando en que es el jefe. Esto me parece fundamental.
¿La patronal ha perdido influencia y predicamento durante el mandato de Rosell?
-La realidad es que la CEOE ha perdido el prestigio que tenía hace unos años y creo que con mayor transparencia y participación vamos a recuperar la credibilidad perdida.
¿Cuáles son, a su juicio, las claves para la recuperación económica en el Estado?
-Parece que las cosas apuntan a mejor y los indicadores avanzan un cierre de año con un crecimiento del 1,3% y predicen una recuperación del 2% o algo más para 2015. En cualquier caso lo más significativo es que ya con el 1,3% se está creando empleo, lo cual era imposible antaño pues por debajo del 2% no había creación de empleo. Estos datos animan a pensar que lo malo ha pasado y que vamos mejorando poco a poco.
¿Quiénes apoyan su candidatura?
-En cuanto a federaciones territoriales, Cantabria, Galicia, La Rioja, Castilla-León, se puede decir que la mitad de la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, toda Andalucía menos una provincia concreta, casi toda Canarias, medio Valencia, Euskadi? Por lo que se refiere a ámbitos sectoriales, la patronal del Metal, Construcción, Tecnológicas, las clínicas privadas, Hostelería, Mutuas?
La vieja guardia de los empresarios parece que prefiere mantener el ‘statuo quo’. ¿Le salen las cuentas?
-Nos salen las cuentas. Hay que tener en cuenta que el voto es secreto e independiente pero estamos ilusionados porque todo apunta a que somos caballo ganador el próximo miércoles.
En tanto que no es el candidato oficial del aparato, ¿ha pedido permiso al Gobierno español? ¿Cómo cree que se lo ha tomado?
-No lo sé, pero desde el primer día tuve claro que no iba a pedir permiso. Si lo hubiera hecho, todo lo referido a la transparencia, la participación, etcétera se caería como un castillo de naipes.
¿La CEOE ha tenido limitada su independencia con respecto al poder político?
-Tenemos que ser independientes con lealtad institucional. Ha habido momentos en los que por funcionar con un esquema de arriba a abajo no hemos reclamado ciertas cosas y no hemos actuado con la independencia necesaria.
¿Entre esos temas se incluye el proceso soberanista catalán? ¿Cuál será su posición?
-La patronal catalana (Fomento de Trabajo) puede hacer lo que considere, pero en la CEOE, en sus estatutos, se establece el respeto a la Constitución española y a partir de ahí los políticos que gestionen lo que haya que gestionar.
¿Le parece débil la actuación de Rosell en este asunto?
-Todavía no le he oído algo tan sencillo como lo que acabo de decir. No creo que la patronal tenga que hacer política pero sí creo que hay una cuestiones como esta en las que hay que respetar la ley porque es parte de la estabilidad del país.