MADRID - El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu tendrá que pronunciarse en un futuro no muy lejano sobre el papel que pudieron jugar los supervisores en la deba-cle financiera de Bankia y la responsabilidad que pudo tener en ella la auditora Deloitte. Aunque no solo sobre ellos, ya que el informe pericial del caso, que llegó el pasado jueves a su juzgado, hace vislumbrar una cascada de peticiones de diligencias para que se termine de aclarar lo sucedido desde la constitución de Bankia hasta la salida de su expresidente, Rodrigo Rato, el 7 de mayo de 2012, que culminó poco después con un rescate de casi 24.000 millones.

Se trataba de la prueba determinante del futuro del caso que Andreu encargó a dos técnicos independientes designados por el Banco de España en noviembre de 2012, a los que ha citado entre el 12 y el 16 de enero para ratificar sus conclusiones. En ella, destapaban que las cuentas de Bankia y de su matriz, BFA, no reflejaban su estado real desde su creación hasta las del ejercicio siguiente, que fueron formuladas por Rato y reformuladas por su sucesor, José Ignacio Goirigolzarri, en 2012. Los peritos han reactivado el caso Bankia y provocado que algunas de las acusaciones, como UPyD, anunciaran que reclamarán la imputación del exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, y la del expresidente de la CNMV Julio Segura. Andreu ya rechazó hacerlo en la causa de las preferentes y se negó a imputar en la pieza principal del caso al socio auditor de Deloitte, Francisco Celma. Los peritos achacan a la firma no solo no haber detectado los “errores contables”, sino también su retraso en la emisión de los informes de auditoría a las cuentas. - Efe