MADRID - Los cimientos financieros de la antigua Fagor Electrodomésticos se han convertido en terreno movedizo y el auditor de la extinta cooperativa ha denegado la auditoría de las cuentas consolidadas de la empresa correspondientes a 2013. Según se desprende del registro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Deloitte señala una serie de “incumplimientos” por parte de la empresa que llevan a denegar la auditoría. En principio no parece que las situaciones detectadas puedan ser consideradas irregularidades contables, pero las reservas de Deloitte a firmar el balance del ejercicio en el que se declaró la quiebra pone en evidencia lo delicado de la situación.
En primer lugar, Deloitte señala que Fagor Electrodomésticos mantenía a 31 de diciembre de 2012 un fondo de comercio -el valor inmaterial estimado- procedente de la adquisición del subgrupo francés Fagor Brandt por importe de 65,7 millones, y créditos fiscales activados procedentes del subgrupo Fagor Brandt por importe de 23 millones. A continuación, señala que los administradores registraron en 2013 “un deterioro íntegro de la citada participación, así como la baja -minoración- de los créditos fiscales”.
Incumplimientos Sin embargo, el informe de auditoría de las cuentas anuales del ejercicio 2012 incluía una limitación en relación con la recuperación del fondo de comercio -no se podía eliminar totalmente del balance- y una “salvedad” por la activación de los créditos fiscales, cuya cuantificación no fue posible, por lo que el auditor “no ha podido concluir sobre qué parte de las pérdidas registradas en las cuentas anuales de 2013 debería haber afectado al ejercicio 2012”.
Además, la cancelación realizada de saldos a pagar con las sociedades del grupo Fagor France y con Fagor Mastercook, han supuesto ingresos financieros por importe de 62 millones, aproximadamente. El auditor considera que procedía registrar una provisión a 31 de diciembre de 2013 para un contrato por servicios de almacenaje con compromisos de pagos mínimos y garantías, pero no se ha registrado una provisión por este concepto. Según apunta, el desenlace de este asunto dependerá de la evolución del proceso de liquidación.
Por otro lado, Deloitte señala que los abogados de varias sociedades que no cita -la mayoría dependientes y una dominante- no han actualizado o no han respondido a las peticiones de información por parte de los auditores. Por ello, no “ha sido posible concluir sobre la situación relativa a posibles litigios o reclamaciones y los efectos, que en su caso, se pudieran derivar de los mismos en las cuentas anuales consolidadas”.
Tampoco ha obtenido respuestas que acrediten que son “razonables” los saldos deudores y acreedores con entidades de crédito por importe de 3,6 y 251,5 millones, los saldos de clientes y otros deudores por importe de 38 y 3,8 millones, y los saldos de acreedores comerciales y otras cuentas a pagar por importe de 118,7 millones, aproximadamente.
Asimismo, el auditor no ha dispuesto de información suficiente para concluir sobre el adecuado registro de los intereses devengados en 2013, incluyendo el periodo de concurso, en relación con gastos financieros de Fagor Electrodomésticos por importe de unos 56 millones. - DNA