Roberto Cubero. Bilbao, 27 nov (EFE).- Mario Fernández ha anunciado hoy que abandona la presidencia de Kutxabank, tras una gestión de seis años que ha dejado al banco vasco como el mejor de España, pero con una polémica abierta sobre la entrada del capital privado en la entidad que le ha distanciado del PNV.

Fernández, de 71 años, que fue vicelehendakari del Gobierno Vasco con Carlos Garaikoetxea en la década de los ochenta, dejó la política para labrar una brillante carrera como abogado, considerado uno de los mayores expertos de España en derecho mercantil. Además, fue responsable de los servicios jurídicos del BBV.

En 2009 el PNV recurrió a él para nombrarle presidente de la BBK y que liderara el proceso de fusión de las tres cajas vascas, la vizcaína BBK, la guipuzcoana Kutxa y la alavesa Vital, que hasta entonces había fracasado.

En tres años, para 2012, consiguió culminar la fusión y, además, el nuevo banco vasco compró Cajasur, otra operación terminada con éxito.

Kutxabank ha digerido la absorción de Cajasur, hasta el punto de que en las recientes pruebas de estrés bancario ha conseguido ser el banco más solvente de España, con un ratio de capital del 11,82 % en el peor de los escenarios posibles.

Según los últimos resultados hechos públicos, el banco vasco ha cerrado el primer semestre de 2014 con un beneficio neto de 75 millones de euros, un 57 por ciento más que el mismo período de 2013.

Pero la alegría por esta situación casi idílica le duró muy poco a Mario Fernández, por el reciente borrador de circular del Banco de España, que obligaría a las cajas vascas a bajar del 50 por ciento su control del capital del banco Kutxabank. La BBK es propietaria del 57 % de Kutxabank, la Kutxa del 32 % y la Vital del 11 por ciento.

Tras el rescate financiero de 2012, el Gobierno español dictó una nueva ley que establece que las cajas de ahorro tienen que tener una participación minoritaria en las entidades financieras, en línea con la exigencia europea de que las cajas no controlen bancos.

Esto llevaría a que las tres cajas vascas tendrían que bajar su participación conjunta en Kutxabank a menos del 50 %, o en caso contrario deberían crear un fondo de reserva con 700 millones de euros en el plazo de cinco años, una cantidad imposible.

Así que el borrador del Banco de España abrió la caja de los truenos del debate sobre la entrada del capital privado en Kutxabank.

En declaraciones públicas, Mario Fernández se ha mostrado partidario de la entrada de socios privados, obligado por el Banco de España y para reforzar el banco, e incluso dijo que "en tres o cinco años" veía a Kutxabank cotizando en Bolsa.

La situación ha desatado una campaña de EHBildu y del sindicato ELA en contra de lo que consideran una posible "privatización" del banco.

Pero, sobre todo, el mismo lehendakari, Iñigo Urkullu, se distanció al decir el día 14 de este mes en el Parlamento Vasco que la posibilidad de que Kutxabank cotice en bolsa es una "hipótesis de trabajo" de su presidente, Mario Fernández.

En esta situación de polémica sobre el futuro y distanciamiento del Gobierno Vasco, Fernández decidió este verano que se iba, y hoy con la misión cumplida y el banco en lo más alto, ha decidido volver a su despacho de abogados. Ha sonado mucho a un "Ahí os quedáis". EFE