Bruselas- El escándalo fiscal conocido como Luxleaks, que ha empañado el inicio de la presidencia del luxemburgués Jean Claude Juncker al frente de la Comisión Europea, amenaza con pasarle factura o al menos hacerle pasar un mal rato. El pleno del Parlamento Europeo votará la próxima semana una moción de censura promovida por un total de 76 eurodiputados, entre los que se encuentran los británicos del euroescéptico Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP), los italianos del populista Movimiento 5 Estrellas, -ambos en el grupo EFDD- y la extrema derecha del Frente Nacional francés.
La iniciativa tiene pocas posibilidades de salir adelante, dado que necesitan una mayoría de dos tercios de los votos y tanto el PPE como el PSE, los dos principales grupos de la cámara europea, han dado su apoyo al democristiano luxemburgués, pero es el primer ejemplo de que euroescépticos y ultraderecha -también se han aliado austriacos, suecos y flamencos- están dispuestos a trabajar juntos en contra de las grandes familias políticas de la cámara parlamentaria.
“El escándalo Luxleaks muestra que el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ha actuado siempre para enriquecer a su país a espaldas de sus socios europeos, desafiando la Unión Europea y el espíritu comunitario que espera representar”, advirtió ayer Marco Zanni. “Esta moción significa que tiene que haber un debate sobre su comportamiento y un voto para retirar a toda la Comisión”, añadió el británico Steven Woolfe. Izquierda Unitaria Europea, que también había anunciado su intención de recabar firmas en apoyo de una moción -se necesita al menos el 10% de los 751 eurodiputados- pero sin éxito, anunció ayer que no apoyará la misma. “Estamos en el Parlamento Europeo para luchar contra la extrema derecha xenófoba y racista, no para pactar nada con ellos”, adujo la eurodiputada de Izquierda Unida, Marina Albiol. La conferencia de presidentes decidirá este jueves la fecha del debate y de la votación.