bilbao - Aburto rompe su tono sosegado cuando se le menciona la polémica abierta por dirigentes del PP en torno al abuso en el cobro de ayudas sociales por parte de ciertos colectivos de inmigrantes y denuncia tajante una manipulación “malévola” con fines electorales.

¿Hace falta más control en la RGI?

-Sí. Somos los primeros interesados en ello. Lo que pasa es que aquí se está generando un debate perverso y artificial. Se ha tomado la decisión de trasladar a la sociedad que no hay control cuando no es cierto. En Lanbide todos los meses se suspenden en torno a 2.000 prestaciones, unas de manera cautelar y otras definitiva. Las personas que reciben la prestación de vivienda tienen que personarse en Lanbide cada seis meses para presentar la factura de los alquileres, y cada dos años hay que renovar la petición de la RGI. Lanbide realiza al año más de 100.000 notificaciones, y en el momento en que una no es respondida ese expediente se revisa. Hay cruces informáticos con la Seguridad Social, con las haciendas, con la Agencia Tributaria, y con el INE para conocer fallecimientos. Es curioso que se nos asigne responsabilidad de una persona que muere en Siria y parece que solo Lanbide es el responsable de conocer eso.

¿Se ha situado a Lanbide en el centro de la diana?

-Esta semana hemos conocido que un directivo de la Seguridad Social ha estado cobrando 19 años la pensión de su madre. Eso parece que no es noticia. Si eso hubiera ocurrido en Lanbide estaríamos ante una situación terrible. Creo que se está siendo injusto con Lanbide. Alguien ha decidido transmitir la idea de que no hay control, cuando estamos cada semana trabajando para reforzarlo. Acabamos de firmar un acuerdo con la Diputación de Bizkaia para cruzar datos que se extenderá a las otras dos diputaciones. ¿Es Lanbide el responsable de que ante un certificado de padrón haya una residencia efectiva? Esa revisión le corresponde al ayuntamiento. La coordinación interinstitucional también es importante. El control es responsabilidad de Lanbide, pero otras instituciones nos pueden ayudar mucho.

¿Percibe usted un ambiente social tan sensible a los abusos como dice el alcalde de Gasteiz?

-Existe la preocupación. En una entrevista en Irekia esta semana más del 90% de las preguntas de los ciudadanos eran sobre RGI. Pero si esa entrevista la hacemos hace cinco meses hubiera sido diferente. Nos hubiera importado el paro o los desahucios. Ese debate no surge de manera espontánea. Alguien se ha preocupado de generar ese debate y, además, quien lo ha suscitado asegura que recibe más apoyos que nunca. Claro, si mañana usted dice que para un violador de una niña hay que implantar la pena de muerte igual también recibe muchos apoyos. El manejar la opinión de la sociedad manipulándola nos puede llevar a situaciones de auténtica tiranía. No nos podemos permitir esa fractura social. Hemos visto cómo ha habido situaciones de violencia en Gasteiz. De momento no han ido a más y ojalá que no vayan a más. Si lo que quieren es fracturar la sociedad conmigo que no cuenten.

Ha planteado tocar la fiscalidad para pagar servicios sociales. ¿Ha pensado en medidas concretas?

-Planteé esta reflexión en el Nueva Economía Forum, un foro sobre los retos de futuro, que no son los del año que viene. En ese contexto dije algo que he dicho muchas veces, pero esta vez hubo un altavoz diferente. Se ha puesto el foco en el dedo que señala la luna. Hace falta aportar nuevos recursos al sistema, lo sigo diciendo, la población envejece a un ritmo acelerado y cada vez más gente necesita servicios sociales. Yo dije que eso hay que analizarlo, pero interesadamente alguien manipula mi discurso y traslada eso a la RGI para decir que quiero subir los impuestos para pagar ayudas a los inmigrantes. Eso se hace de manera torticera y malévola. Invito a que se lea mi conferencia en la que digo que si queremos mantener los servicios sociales a largo plazo tendremos que incorporar más recursos al sistema. Ahí se incluye la vía fiscal, pero cómo hacerlo no me corresponde a mí decirlo. A veces ser honesto con la sociedad te lleva a ser políticamente incorrecto, pero yo prefiero decir la verdad.

Habla de manipulación porque mediáticamente se sitúa la RGI en el centro cuando usted se refería más a las ayudas a la dependencia.

-Sí. La RGI está mucho más vinculada a la situación económica, pero hace cinco años, antes de la crisis, ya teníamos problemas con la atención a la dependencia porque la población envejece.

Ha planteado extender la RGI a más colectivos. ¿Hay dinero?

-La RGI cubre a algo más del 70% del colectivo en situación de pobreza, hay un grupo al que no llegamos. Ahora mi prioridad es mantener lo que tenemos y recuperar el consenso. Que esta sociedad se vuelva a sentir orgullosa de su sistema de protección. Este país optó en su día por atender las situaciones de pobreza de manera solidaria, eso debemos repetirlo con consenso y sin crear una fractura social.